Que brote sin tapujos la verdad

Que brote sin tapujos la verdad

El Ministerio Público tiene que esclarecer de manera satisfactoria el atentado en que dos personas fueran asesinadas y otras heridas a tiros en Villa González, durante una protesta callejera efectuada el jueves de madrugada contra la instalación en esa comunidad de una planta procesadora de desechos clínicos. Un mayor que comandaba la dotación policial de esa plaza es acusado por familiares de una de las víctimas de haberla amenazado de muerte. Además de determinar culpabilidades, el Ministerio Público tiene que despejar la suspicacia que ha provocado la decisión de la jefatura de la Policía, de trasladar a todos los policías de la plaza, en medio de la investigación de estos asesinatos.

Las investigaciones, que realizan de manera conjunta una comisión integrada por el Ministerio Público y la Policía, no puede pasar por alto el detalle de que parece haber de por medio una provocación y una falta de tacto en el manejo de la situación. La comunidad opuesta a la instalación de la planta, que cuenta con el respaldo de la parroquia católica de la localidad, se ha desligado de la protesta de madrugada en medio de la cual se produjeron las muertes. Y las amenazas de muerte atribuidas a un mayor policial, necesariamente tienen que ser colocadas en el contexto del manejo evidentemente inapropiado de una situación de orden público. El Ministerio Público tiene que conducir una investigación fina y de resultados satisfactorios.

LA CHIKUNGUNYA Y SUS SECUELAS

A la gente se le ha hecho creer que la chikungunya no requiere más que acetaminofén, mucho líquido y reposo, pues sus efectos no irían más allá de las dolorosas molestias motoras. Sin embargo, en un país con abundancia de gente hipertensa, diabética y con trastornos cardiovasculares, es necesario que esos pacientes reciban desde el principio tratamiento clínico enfocado en sus quebrantos crónicos.

Los cardiólogos están advirtiendo que en medio del azote de la chikungunya, los médicos y las autoridades sanitarias deben redoblar sus esfuerzos de prevención y educación de la población sobre las secuelas de la enfermedad viral. A pesar de que son escasos los decesos atribuidos a la artritis de origen viral, sus secuelas sobre el organismo de la gente con cardiopatías y otros trastornos deberían merecer una vigilancia especial, un seguimiento preventivo que nunca saldría sobrando.

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