Médico Radióloga del HGPS. El síndrome de los ovarios poliquísticos (SOP) ha sido vinculado tradicionalmente a la ginecología, aunque hoy sabemos que al ser un trastorno endocrino está más vinculado a la endocrinología. Se caracteriza por oligoamenorrea, o menstruación escasa, obesidad e hirsutismo asociado a la existencia de ovarios poliquísticos.
¿Qué es? El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP o PCOS) es un desorden común que afecta a entre 5 y 15 por ciento de la población femenina, creando un caos a nivel físico y psicológico, pues produce varios síntomas que incluyen ganancia repentina de peso, acné, hirsutismo (aumento de vello facial), fatiga, irregularidad menstrual, esterilidad, depresión, caída de cabello y más.
El SOP se caracteriza comúnmente por dos condiciones: la incapacidad del sistema de utilizar insulina apropiadamente y el aumento de testosterona.
Aunque ambos marcadores son tratables, no necesariamente son curables.
Las pacientes con síndrome de ovarios poliquísticos tienen órganos reproductivos normales, incluyendo el útero y las trompas de Falopio. Sin embargo, sus ovarios suelen estar agrandados y contienen múltiples y pequeños microquistes, no siempre detectados por ultrasonido.
Estos quistes usualmente permanecen pequeños y no requieren ser eliminados. Tampoco se cree que incrementen el riesgo de cáncer ovárico.
El síndrome de ovarios poliquísticos es la causa más común de irregularidad menstrual y esterilidad y el 50 % de quienes lo padecen tiene graves problemas de peso. Algunos clasifican esta condición como de pre-diabéticos.
¿Cómo sé si tengo síndrome de ovarios poliquísticos? Este síndrome incluye un grupo de síntomas relacionados que varían de mujer a mujer, pero casi siempre están marcados por problemas hormonales y metabólicos, así como manifestaciones físicas y emocionales.
Los síntomas: * Períodos anormales – irregularidad menstrual (la ‘anormalidad’ cubre un ancho grado de síntomas, incluyendo: oligomenorrea –reglas distanciadas– , amenorrea –ausencia de ellas–, metrorragia disfuncional –larga duración– o polimenorrea –sangrados frecuentes–).
* Sentir hambre a menudo –aún después de comer–. Nunca sentirse totalmente satisfecha.
* Aumento de peso –que no necesariamente será obesidad–. Es de tipo androide, es decir, aumenta en la zona de la barriga adquiriéndose forma de manzana.
* Aumento del peso repentino. ¡Algunas mujeres aumentan hasta 25 kilos en cuatro meses!
* Pesadez, o repentina pesadez sin razón aparente para la ganancia del peso.
* Celulitis.
* Ovarios engrosados (pueden sentir sus ovarios hinchados por la piel, o experimentar dolor durante la ovulación y la menstruación).
* Manchas marrones alrededor de la nuca o del cuello (Acantosis nigrans).
* Colesterol y triglicéridos elevados.