Guerra perdida.- Me gustaría saber qué excusa o justificación  puede esgrimir un juez para variar la medida de coerción de prisión preventiva al pago de una garantía económica de 3 millones de pesos a dos ciudadanos, colombianos para mas señas, apresados en flagrante delito cuando  transportaban 10.64 kilos de cocaína por la avenida España.

A un servidor le gustaría escucharla por simple y natural curiosidad ciudadana, que no jurídica, aunque de antemano le advierto al juez del segundo tribunal colegiado de Santo Domingo  que no me voy a creer el cuento de que ignora que esos colombianos saldrán por la frontera con Haití como Pedro por su casa y tan pronto se les presente  la primera oportunidad, por lo que ponerles impedimento de salida ha sido  tan solo una medida de coerción simbólica, sin ningún  sentido ni efecto en la realidad, que es donde vivimos. Por decisiones como esa  estamos perdiendo, si acaso no la perdimos ya, la guerra contra el narcotráfico.

Ojos que no ven….- La sabiduría popular nos recuerda permanentemente que ojos que no ven corazón que no siente, y quienes hemos vivido lo suficiente en este mundo ingrato y cruel sabemos por experiencia que, con mas frecuencia de lo deseable,  elegimos vivir solamente con las verdades que podemos aceptar, digerir y metabolizar. Que me perdonen mis lectores si, de entrada, les parezco demasiado conceptuoso, pero leer en un periódico que Proconsumidor realiza pruebas de laboratorio al popular salami, tomando muestras de todas las marcas que se venden en el territorio nacional  para determinar su contenido,  de qué está hecho realmente, me ha provocado estas “reflexiones”, con las que simplemente trato de decir que no estoy muy seguro de querer saber (con perdón del excelente trabajo que realiza Altagracia Paulino)  qué    desconocidos (o no tan desconocidos) ingredientes contiene ese embutido. Sinceramente.