Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta

Envidia.- Mientras los médicos, a golpe de huelgas y paralizaciones en los hospitales públicos, tienen que conformarse con un 10% de aumento salarial que lograron arrancarle casi a la mala a las autoridades de salud, los maestros tendrán que seguir persiguiendo el sueño imposible de ganar RD$30 mil por tanda, y ni hablar de los policías, que parece que seguirán esperando por el salario decente tantas veces prometido y tantas veces postergado. Pero no todas las noticias son malas. Ayer me enteré de que el Pleno de la Junta Central Electoral aprobó a unanimidad un aumento salarial para todos sus miembros, que en lo adelante devengarán RD$360 mil y RD$400 mil su presidente (ahí no están incluidos los gastos de representación, combustibles y otros “beneficios marginales” ), dando así cumplimiento a la Ley de Regulación Salarial del Estado Dominicano que dispone que sus salarios sean homologados con los de los magistrados del Tribunal Superior Electoral. Y todo eso sin tener que hacer huelgas, ni marchar al tetero del sol hasta el Palacio Nacional, ni montar una vigilia frente al Congreso. ¡Qué envidia!

Misión imposible.- Pedirle a senadores y diputados que renuncien a barrilitos y cofrecitos, como les reclama el doctor Guillermo Moreno (y junto con él medio país) , es como tratar de convencer a un gato de que se haga vegetariano.

¿Somos o no somos?.- No es por nada, pero a juzgar por la acogida que ha recibido “palito de coco”, el video musical que tiene como protagonista a un vendedor ambulante (haitiano ilegal para más señas) que se ha convertido en un fenómeno de popularidad en las redes sociales, cualquiera diría que no estaban tan descaminadas las activistas feministas que alborotaron el avispero nacionalista con su consigna de que “Haití somos todos”.

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