Qué se dice

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Claudio Acosta

Un espejo para mirarse.- El PRSC, como era de esperarse, ha salido en defensa del alcalde reformista de La Romana Tony Adames, quien el pasado sábado fue enviado a prisión junto a varios de sus colaboradores acusado de corrupción, pero lo ha hecho recurriendo a un argumento muy débil y poco convincente. Y es que después de echarle un vistazo al expediente que contiene las acusaciones en su contra, que incluyen falsedad en escritura pública, asociación de malhechores y desfalco, entre otros delitos, resulta cuesta arriba aceptar la versión de que en realidad se trata de una maniobra política alentada por sectores peledeístas interesados en arrebatarle el cargo. ¿Que aquí la persecución de la corrupción pública es selectiva y discriminatoria, como alega el secretario general del PRSC, el diputado Ramón Rogelio Genao? De eso no hay ninguna duda porque los ejemplos abundan, pero eso no quiere decir que las acusaciones penales contra el alcalde reformista no tengan los méritos jurídicos suficientes para sustentar la acusación que lo envió tras las rejas. Creo que lo mejor que puede hacer el PRSC por Tony Adames es conseguirle un buen abogado que trate de sacarlo lo mejor librado posible de ese difícil trance, y aprovechar la ocasión para advertirle al resto de los alcaldes reformistas que sean cuidadosos en el manejo de los recursos públicos que administran para que no tengan que pasar por una experiencia tan amarga como políticamente costosa para su partido. Pero los alcaldes reformistas no son los únicos que deben mirarse en ese espejo, pues según un estudio reciente auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dado a conocer por la presidenta de la Cámara de Cuentas, la doctora Licelott Marte de Barrios, en la mayoría de los ayuntamientos y distritos municipales del país impera el desorden administrativo, a tal punto que la funcionaria dijo sentirse “alarmada” por esa situación.

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