Crímenes por encargo.- Aunque resulte necio y redundante, como llover sobre mojado, hay que volver a repetirlo: el sicariato, el crimen por encargo, ha logrado imponerse como modalidad criminal en la República Dominicana. A tal punto, que ya nadie se asombra o espanta de la audacia de los gatilleros, que cada vez se atreven a mas y sin que al parecer les preocupe que alguna autoridad los detenga y les haga pagar por su crimen. El reciente asesinato, en San Francisco de Macoris, de una joven pareja (el muchacho tenía 26 años y ella tan solo una niña de 16) cuando se encontraban sentados conversando en la galería de la casa de la madre de la muchacha es un buen ejemplo de lo que trato de decirles, que entenderán mejor si les recuerdo que en esa misma ciudad y hace apenas unos días un hombre acusado de la muerte de dos personas en un accidente de tránsito fue asesinado a balazos a la salida del tribunal que empezaba a juzgarlo (era la primera audiencia) por esas muertes. Del crimen de la joven pareja los rumores señalan como responsable al exnovio de la muchacha, quien guarda prisión acusado de homicidio, supuestamente celoso a causa de su nueva relación sentimental, como también dan por un hecho, esos mismos rumores, que los familiares de los muertos en el accidente no confiaban en la justicia y decidieron aplicarla con sus propias manos contratando a dos matones. La proximidad en el tiempo y el espacio de esos hechos podría hacer pensar a cualquiera que el problema del sicariato es más grave en San Francisco de Macorís que en otros puntos de la geografía nacional, pero eso es difícil afirmarlo con propiedad sin las estadísticas en las manos, mucho menos si a diario vemos en los periódicos y noticieros de televisión que esos asesinatos, al igual que los premios de la lotería, pueden ocurrir en cualquier parte. ¿Y saben qué es lo mas aterrador? Que a nadie parece importarle ni preocuparle. Empezando por la Policía.