Guerra avisada.- Este debe ser el único país del mundo (¡otra primicia mas!) cuyas autoridades tienen la cortesía de avisarle a quienes violan la ley que se actuará en su contra, para que tomen las previsiones de lugar y se eviten las molestias de la cárcel o de un engorroso proceso judicial. Y si no me creen cuando les digo que eso está sucediendo con mas frecuencia de lo que fuera deseable en una sociedad que, para colmo, ha convertido el irrespeto a la ley en una cultura, les pongo el ejemplo mas reciente. El pasado jueves el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, declaró que “en las próximas horas” realizaría junto al Ministerio Público, la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI) una serie de “operativos sorpresa” para desmantelar los centros donde se falsifican medicamentos y apresar y someter a la justicia a los involucrados. Y remachó su anuncio con un enérgico ultimátum: “No vamos a seguir tolerando estas acciones de personas que atentan contra la salud de la población. Estamos investigando dónde operan esos centros, quiénes son las personas y a quiénes se venden esos medicamentos para hacer una intervención precisa y someter a la justicia a los reales responsables”. Esos “operativos sorpresa”, hasta donde se tiene conocimiento, no se han llevado a cabo a pesar de que pasaron hace rato esas “próximas horas”, probablemente porque alguien hizo caer en la cuenta al Ministro de que con su anuncio había eliminado el factor sorpresa de la operación y, por lo tanto, también su efectividad, al poner sobre aviso a los que se pretendía atrapar in fraganti. Y si les recuerdo que, en realidad, tampoco hacía falta que el DNI se esforzara demasiado para ubicar los centros donde se falsifican esas medicinas así como las personas dedicadas a su distribución y venta porque siempre han estado, como quien dice, a la vista de todo el que quiera verlos, entenderán mejor porqué ese infame negocio sigue siendo un crimen sin castigo.