Qué se dice

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Círculo vicioso- Estoy seguro de que si le preguntáramos a cualquiera de los padres que no enviaron a sus hijos a la escuela el primer día de clases luego de las vacaciones navideñas, que oficialmente concluyeron el pasado lunes 7 de enero, nos respondería que no lo hizo porque en esos primeros días la docencia es prácticamente nula. Pero si le preguntamos a los maestros y directores de escuelas responderán, como lo han hecho ya, que esa primera semana se imparte tan poca docencia porque los padres no envían a los muchachos. Se trata, como se ve desde lejos, de un círculo vicioso que alguien tiene que romper. Y lo mas lógico es que lo rompan los padres y tutores, a los que hay que convencer –asómbrese– de la importancia de que sus hijos estén en el aula desde el mismo primer día para aprovechar el tiempo y recibir un pan de la enseñanza que cada día nutre menos. Desde luego, eso es mas fácil decirlo que hacerlo, como lo demuestra el hecho de que hicieran caso omiso a los llamados del ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, de que se reintegren a las aulas, que en los primeros días de docencia del 2014 estuvieron mas vacías que nunca. ¿Dónde está el problema? El ministro de Educación, que ayer participó como invitado en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, cree tener la respuesta: “la cultura de indiferencia hacia la escuela que se ha aposentado en la familia dominicana”. Y con una familia que se ha puesto de espaldas a la escuela, razona el ministro, será imposible acometer los cambios y transformaciones que requiere la educación dominicana. Es probable que el diagnóstico sea certero, pero dudo mucho que Amarante Baret conozca la receta que permitirá revertir en un plazo razonable esa “cultura de la indiferencia” tan nefasta como dañina. ¿Moraleja? Cuando usted ve que un problema en apariencia tan sencillo resulta tan difícil de resolver, entiende porqué nuestra educación es una de las peores del mundo.

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