Qué se dice

Qué se dice

Claudio Acosta.

Percepción y realidad.- Vuelven las patrullas mixtas, las mismas que hace un tiempo se nos prometió que estarían en las calles “el tiempo que sea necesario”. ¿Por qué entonces retiraron los guardias si eran necesarios? ¿Para volverlos a incorporar cuando la pista se calentara de nuevo? Son de las cosas que hacen pensar que se está improvisando, que se actúa de manera reactiva frente a la delincuencia, y que no existe un plan, en el verdadero sentido de la palabra, para enfrentarla. Esa no es la opinión, por supuesto, de los mayores generales Rubén Darío Paulino Sem y Manuel Castro Castillo, quienes encabezan el Comando Conjunto Unificado del Ministerio de Defensa y la Policía Nacional que ayer anunció la incorporación de 3,000 soldados a tareas de prevención junto a las autoridades policiales. Y es que, según Castro Castillo, gracias al Comando Unificado durante el año 2013 se registró en el país la menor tasa de criminalidad de los últimos diez años, tendencia que se mantiene en el 2014. ¿Y cómo es que no nos dimos cuenta de esa buena noticia? ¿Por qué seguimos sintiendo, a pesar de ese descenso de la criminalidad, que estamos indefensos ante el acoso de los delincuentes? Aquí es cuando entra en juego la famosa percepción, mas importante –dicen– que la realidad misma, quizá porque se alimenta de realidades tan atroces como el reciente asesinato de un hacendado y su hijo de seis años, a manos de un sujeto que hace quince días salió de la cárcel por “buena conducta”. No está en mi ánimo cuestionar la labor de las autoridades responsables de nuestra seguridad, pero creo que todavía están muy lejos de convencernos de que, ciertamente, la tasa de criminalidad ha disminuido de manera apreciable y que podemos sentirnos mas tranquilos y seguros. Y todo por culpa de la bendita percepción, un enemigo invisible y poderoso tan difícil de vencer como el miedo del ciudadano a ser la próxima víctima fatal de la delincuencia.

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