¿Neutraliqué?.- No hay dudas de que Francisco Javier García sorprendió a mucha gente al calificar de catastrófico, para el equilibrio interno del PLD, que el presidente Danilo Medina intervenga para favorecer a determinado aspirante en la elección del candidato presidencial para el 2016, pero todo en política tiene su explicación o, en su defecto, su interpretación. Para quien les escribe se trató –para decirlo de alguna manera– de un alboroto de carácter preventivo destinado, precisamente, a provocar la reacción que provocó: que desde el Gobierno, y en nombre del presidente Medina, se dejara bien claro que el todopoderoso dedo del mandatario se mantendrá neutral, sin señalar a nadie ni inclinar la balanza hacia uno u otro candidato. ¿Pero se mantendrá esa neutralidad si, como se sospecha, el expresidente Leonel Fernández Reyna decide correr por la candidatura? ¿Y si la que se lanza es su esposa y Vicepresidenta de la República, la doctora Margarita Cedeño de Fernández? ¿Con cuál candidato enfrentaría el danilismo esas candidaturas, si las encuestas dicen que ninguno de los que hasta el momento han declarado sus aspiraciones puede competir con ellos? ¿No sería entonces necesario un empujoncito del mandatario para que ese candidato pudiera competir con posibilidades de éxito? Es obvio que en el PLD no quisieran verse en el trance de responder ese tipo de preguntas, pues no les conviene anticipar, ni siquiera con el pensamiento, una confrontación tan peligrosa. Pero se trata, como dicen los galleros viejos, de un pleito casao, sobre todo si el danilismo, con los ojos puestos mas allá del 2016, decide continuar fortaleciendo y consolidando sus fuerzas dentro del partido oficial. Y eso no será posible, como sabe hasta el mas cándido de los seguidores del presidente Medina, si el mandatario se mantiene neutral al momento de escoger el candidato que saldrá de la fábrica peledeísta a convertirse en el próximo Presidente de la República.