Tanta belleza.- Al César lo que es del César. El doctor Roberto Rosario, presidente de la Junta Central Electoral (JCE), ha sido hasta ahora el mejor vendedor de las bondades y virtudes de la nueva cédula de identidad y electoral, y en esos afanes se le ha visto desplegar todas sus habilidades de buen gerente y mejor político tocando puertas y visitando altares. El pasado lunes Rosario visitó en su despacho al jefe de la Policía Nacional, el mayor general Manuel Castro Castillo, para entregarle la nueva cédula, y allí ofreció una gran noticia: a través de un teléfono inteligente y con la nueva cédula la Policía podrá depurar “in situ” a los ciudadanos detenidos durante los operativos y puntos de chequeos. Eso evitará las recurrentes violaciones a los derechos de los ciudadanos que son apresados por simple sospechas o porque le cayeron mal al sargento que comanda la patrulla, pero también deberá poner fin al negocio que suponen esos apresamientos arbitrarios, cuyo único propósito es exigir dinero a los familiares de los detenidos para dejarlos en libertad. Como era de esperarse, el jefe policial mostró su satisfacción por las posibilidades que ofrece el nuevo documento, y dijo que con la incorporación de esa nueva tecnología la institucion dará un paso de avance en el combate a la delincuencia, además de que permitirá hacer una depuración interna más rigurosa de sus miembros, un requisito imprescindible para que la llamada institución del orden deje de ser –valga la paradoja– parte del problema de inseguridad pública que sufrimos. Desde luego, para ver convertida en realidad tanta belleza hay que recorrer todavía un buen trecho, como por ejemplo esperar que termine un proceso de cedulación que en sus primeras dos semanas se ha mostrado demasiado lento y trabajoso, pero confiemos en que el inicio de la cedulación de los 32,617 agentes que componen el cuerpo del orden es ese primer paso tan importante y sin el cual es imposible alcanzar cualquier meta.