Quien esto escribe quiere saber, si no es mucha molestia, si alguna autoridad competente (Salud Pública, Defensa Civil, Policía Nacional, Marina de Guerra, CAASD, DNI, Indrhi, etcétera…) prohibió que en Semana Santa se instalen –como ya es tradición– piscinas plásticas en las calles, inevitablemente acompañadas de un musicón, mucho romo y cerveza, pues el dominicano no sabe divertirse si no se entera todo el mundo. Mi inquietud no es ociosa, como comprenderá todo el que vea el video en las redes sociales en el que varios miembros de la Policía agreden a una joven de Cristo Rey que se alborotó luego de que los agentes que se presentaron al lugar de manera violenta pincharon las piscinas, y hasta hicieron disparos al aire, se llevaban preso a su papá. Algo parecido ocurrió en el barrio San José y la Mina, en Santiago, donde un coronel de nombre Palavé repartió golpes, rompió sillas y pinchó las piscinas que instalaron los vecinos, que presentaron una denuncia del “atropello” en la Dirección del Comando Regional Cibao Central. Y como la radio también reportó quejas de ciudadanos de distintos sectores y barrios del Gran Santo Domingo porque la Policía les pinchó o les obligó a vaciar las piscinas que montaron, a la única conclusión a la que puede llegarse es que esos agentes recibieron órdenes superiores. Que la dirección de la Policía lo niegue ahora, tras los abusos cometidos, es otra cosa, como también lo es que para salir del paso repita lo que dice siempre aunque nadie le crea por falta de pruebas de que cambiará su comportamiento: “no se tolerarán abusos contra ningún ciudadano”. Pero los que ya fueron cometidos ni Dios los quita, y con frecuencia tampoco el sebo de flandes, por lo que solo queda lamentar que la violencia brutal conque actuaron las patrullas pincha-piscinas de la Policía durante la Semana Santa no sirva para algo mas provechoso: perseguir y apresar a los delincuentes que nos tienen al coger el monte.