¿”Se convirtió Leonel”? La pregunta me la soltó, a boca de jarro, un colega con fama de estar bien empapado de las interioridades del “peledeísmo histórico”, por lo que sin esperar mi respuesta me explicó que Fernández nunca ha sido un hombre religioso al que puede encontrarse un domingo en misa o en Higüey el día de la Virgen de La Altagracia. Eso no quiere decir, se apresuró a aclarar, que sea ateo, pero el que lo conoce debe estar sorprendido de que ahora ande con Dios en la boca a donde quiera que va. El colega se refería, evidentemente, a la respuesta del expresidente a los periodistas que el día de su cumpleaños le preguntaron si será el candidato del PLD en el 2020, que cito a continuación para mejor comprensión de mis lectores. “Eso depende de Dios, no depende de uno. Dicen que Dios quita y pone reyes, también es quien quita y pone Presidentes, de manera que lo que Dios decida ahí estaré como siervo suyo”. Como también me encuentro entre los sorprendidos con ese “giro discursivo” le pregunté al colega las razones, sospechando que me puso el tema como pretexto para tener la oportunidad, precisamente, de ofrecerme su explicación: “un político de raza como el doctor Fernández sabe siempre lo que espera escuchar su auditorio y simplemente lo complace mostrándose como un hombre humilde, resignado a la voluntad de un ser superior. Recuerda, además, que en este país los discursos religiosos siempre conquistan votos y que el hombre tiene la mira puesta en el 2020”. Lo interrumpí argumentando que con ese discurso Leonel corre el riesgo de que lo califiquen de hipócrita o, peor todavía, de ser un lobo queriendo disfrazarse de oveja, advirtiéndole que aunque sea cierto que su candidatura está, por así decirlo, en manos del Señor, va a necesitar mucho mas que una cadena de oraciones para convencer a Danilo y a los danilistas de que, además de humilde, sabe también perdonar a quienes lo ofenden.