Aclaró ayer Reinaldo Pared, en su cuenta de twitter, que cuando el presidente Danilo Medina habló de formar una Comisión Bicameral en la carta que envió al Congreso Nacional hay que entenderlo “en la dirección” de que legisladores de ambas cámaras concerten y lleguen a acuerdos políticos que permitan la aprobación de la Ley de Partidos. La aclaración es oportuna porque la propuesta ha provocado muchas discusiones sobre la legalidad o constitucionalidad de crear una comisión de esa naturaleza luego de que el Senado conoció y aprobó el proyecto, pero como siempre que se trata de interpretar nuestra Carta Magna no hay unanimidad de criterios a pesar de que se trata del mismo texto. La aclaración del presidente del Senado indica, sin embargo, que esa comisión no procede, lo que inevitablemente lleva a la siguiente pregunta. ¿No le pidió su opinión el presidente Medina al Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, el doctor Falvio Darío Espinal, a quien incluso le tocó la responsabilidad de leer la carta a los medios de comunicación en el Palacio Nacional? ¿Culpa de la prisa y la improvisación conque se redactó? Tal vez nunca conozcamos las respuestas a esas preguntas o, peor todavía, que a nadie le interese conocerlas, y todo porque la acogida que ha tenido en la opinión pública la propuesta presidencial ha hecho que se pasen por alto algunos detalles, como por ejemplo si es viable según la Constitución o los reglamentos de las cámaras legislativas. A estas alturas resulta evidente que no lo es, como se concluye de la aclaración del presidente del Senado, pero no debe sorprender que eso no sea un obstáculo para aventurarse por el “bajadero” propuesto cueste lo que cueste. Al fin y al cabo, como nos ha enseñado la experiencia, quienes mas daño le han hecho a nuestra institucionalidad democrática son precisamente aquellos que, por sus responsabilidades públicas, deberían ser sus mas ardientes defensores.