Cumplido el plazo otorgado a la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que estudia el proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, que ayer el hemiciclo extendió por 30 días mas para que pueda continuar la afanosa búsqueda de consenso, los pronósticos sobre su destino final no son halagueños, pues no obstante la recomendación del presidente Danilo Medina de que se procure un acuerdo político que posibilite su aprobación, las diferencias entre danilistas y leonelistas en torno a las primarias se mantienen como el primer día. O tal vez peor, si nos empeñamos en ser precisos, ya que el intento de los danilistas de “colar” una propuesta que da facultad al Comité Político, donde tienen mayoría, para elegir el tipo de padrón a utilizar para escoger a los candidatos en el partido oficial, calificada de inaceptable por el diputado Juan Quiñones, vocero de la bancada leonelista, puede ahondar aun mas esas discrepancias y devolver el conflicto a su punto de partida. El legislador se quejó ante la prensa de que los seguidores del presidente Medina hayan pretendido sorprender en su buena fe a los sectores que participan en la discusión del proyecto con el único propósito de imponer en el PLD la utilización del padrón de la JCE, con lo que violarían los artículos 216, 47 y 21 de la Constitución sobre el derecho de los ciudadanos a elegir y ser elegidos, así como el artículo 43 de sus estatutos. Todo indica que en ese escenario tan poco auspicioso continuaremos siendo testigos, al menos por otros treinta días, de las maniobras de unos y otros por aprobar la Ley de Partidos que mas convenga a Leonel y a Danilo, pero en lugar de empezar a quejarnos aceptemos que el PLD ha secuestrado la democracia dominicana y actuemos en consecuencia.