Con la ardorosa y oportuna defensa de Margarita, su esposa, parecía suficiente, sobre todo si tomamos en cuenta que el expresidente no suele ser muy asequible, mucho menos para responderle a sus enemigos. Pero el Leonel Fernández con el que se tropezaron los reporteros que asistieron a un conversatorio sobre Geopolítica celebrado en la PUCMM se encontraron con un Leonel Fernández distendido, locuaz y de muy buen humor, dispuesto incluso a bromear. “¿Querían saber si estaba vivo o si estaba muerto? Tóquenme ahí. ¿Qué les parece? ¿Cómo me ven? Si estoy muerto han cometido un error, porque no me han enterrado”. Se refería, obviamente, a las declaraciones del expresidente Hipólito Mejía en las que lo llamó muerto político, un tiro que le salió por la culata pues al día siguiente el presidente del PLD apareció encabezando las preferencias electorales de acuerdo a una encuesta de la firma Latin Insights. No hay que hacer muchas averiguaciones para saber el origen de ese buen talante, empezando por la ya citada encuesta, que apareció tan solo unos días después del reporte de The Economist que señala que Fernández será el candidato del PLD en el 2020 y el ganador de las elecciones. Confío en que el pronóstico esté equivocado, pero hay que reconocer el buen momento político por el que atraviesa Leonel. Y al igual que los peloteros cuando están enrachados todo le sale bien, pues las maquinaciones y maniobras del danilismo para tratar de imponer las primarias abiertas, por encima de la cabeza de todo el mundo, terminarán convirtiéndolo en el gran ganador de ese prolongado y tirante escarceo, sin importar si se aprueba la Ley de Partidos o regresa al limbo en el que ha estado confinada, por la voluntad expresa de nuestros políticos, durante casi veinte años.