Ilógico.- Nunca entenderé la lógica de encomendar al jefe de la Policía, el mayor general José Armando Polanco, la solución a la situación por la que atraviesan más de cuarenta familias desalojadas de una propiedad que ocupaban desde hace más de tres décadas en Gascue, un terrible y doloroso drama humano  que parecería más razonable que atendiera el Despacho de la Primera  Dama, Salud Pública,  Conani, o cualquiera de las instituciones que tienen que ver con la construcción de viviendas o la  aplicación de las políticas sociales.

 A menos que el desalojo de esas familias, a las que se dejó tiradas en una de las calles –la doctor Delgado y tan solo a unas  cuadras del Palacio Nacional– más céntricas de la Capital en el más absoluto de los desamparos, se considere un problema de orden público que la propia Policía, que acompañó al abogado del Estado en el brutal desahucio, contribuyó a crear.

Atizando la división– Raudo y veloz ha salido Reinaldo Pared Pérez,  presidente del Senado y secretario general del PLD, a respaldar, a nombre de su partido, la propuesta del ingeniero Miguel Vargas Maldonado de concertar una alianza contra la delincuencia. Hasta ahora no se han ofrecido detalles que permitan determinar de qué manera una alianza entre Vargas Maldonado y su  PRD “institucional” y el gobierno puede contribuir a frenar la delincuencia que nos tiene al coger el monte, pero eso es lo de menos.  Lo importante ahí (¿no es así Reinaldo?)  es seguir jugando a la división del PRD.

Señal- Los elogios –desde ángel guardián hasta héroe nacional– al ciudadano que mató de un balazo a un asaltante que huía son un indicador del estado de crispación que vive la ciudadanía a causa de la delincuencia, y tan alarmante es la señal que no deberíamos correr el riesgo de seguir ignorándola.