¿Carece la diputada Lucía Medina de recursos económicos con qué comprar mochilas y útiles escolares para repartirlos entre los estudiantes pobres de San Juan? La pregunta llegó de manera automática a mi mente cuando me enteré a través de las redes sociales que la legisladora, quien ha dicho que aspira a ser la candidata a senadora de su provincia por el PLD, repartió cientos de mochilas del Ministerio de Educación a las que se le sustituyó el sello de ese ministerio por el logo de la fundación que dirige, aunque tanto un servidor como ustedes, mis queridos lectores, conocemos hace tiempo la respuesta, pero cualquiera que tenga dudas solo tiene que preguntar en internet, donde le dirán que la hermana del presidente Danilo Medina es millonaria. ¿Qué necesidad tenía entonces de incurrir en esa “rastrería”, como diría el pueblo llano que solo sabe llamar a las cosas por su nombre? ¿Así es como piensa disputarle la candidatura a Félix Bautista, un trabajador político 24-7 con abundantes recursos? La acción fue calificada ayer de prevaricación por el delegado político del PRM ante la JCE, Orlando Jorge Mera, en tanto el presidente del organismo, Julio César Castaños Guzmán, declaró que si en el caso se comprueba que se utilizaron recursos del Estado se estaría violando la Ley Electoral. “Ese es uno de los tantos ejemplos de uso de los recursos del Estado que se debe sancionar, no importa las banderías políticas”. Contrario al deseo del doctor Jorge Mera, así como de tantos ciudadanos que han reaccionado al ver el video de marras, no habrá sanciones para nadie, pero el episodio ha servido al menos para recordarnos que la democracia dominicana necesita regenerarse con urgencia, tarea poco menos que imposible con la clase de políticos que nos gastamos.