Lo dije en otra columna y vuelvo a repetirlo ahora: el PLD jamás volverá a ser el mismo luego del escándalo de corrupción,  sobornos y sobrevaluaciones que dejó la constructora brasileña Odebrecht a su paso por la República Dominicana, por el que han sido imputados tres miembros de su Comité Político, y de los peledeístas depende que ese cambio redunde en el fortalecimiento de la organización  o termine destruyendo  el legado del profesor Juan Bosch. Melanio Paredes, exministro de Educación y miembro del Comité Central, es de los que prefiere verle el lado positivo a la situación, y por eso cree que el escándalo  puede ser una misa de salud para su partido. “Para mi esto es una misa de salud para el PLD porque, independientemente de la presunción de inocencia de figuras emblemáticas a las que yo respeto en mi partido, evidentemente hemos estado actuando en los últimos años como si no hubiera límites”. Melanio sabe, como deberían saber muchos peledeístas, que un requisito indispensable para que  el PLD pueda sobrevivir a esta crisis es su capacidad autocrítica, reconocer los errores  cometidos, sobre todo los excesos  en perjuicio de la riqueza pública, y asumir las consecuencias.  Pero el exministro de Educación, y los peledeístas que  creen que es posible que el PLD reencuentre  el sendero que le trazó su fundador, deben estar conscientes de que eso solo será posible cuando salgan del poder. Cuando ya no tenga sentido el feroz canibalismo que ha convertido el caso Odebrecht, que se espera arrastre a mas peledeístas a la hoguera, en un arma de doble filo para sacar de competencia a los compañeros que compiten por los mejores pedazos del  pastel del Estado dominicano.