Titulares y noticieros coincidieron en describir como un caos la situación provocada en el Gran Santo Domingo por el paro sorpresa de Fenatrano en reclamo de que el Gobierno baje los precios de los combustibles, pero esa descripción, aunque adecuada, resulta insuficiente para dimensionar lo que significó para cada uno de los afectados en particular, y para el sistema de transporte de pasajeros en sentido general. El poder demostrado por Fenatrano con ese “calentamiento” fue un mensaje claro y contundente que las autoridades no deben ignorar, pues tendrán que lidiar con una escalada de paros y protestas del sector transporte que, como bien sabemos, degeneran con facilidad en problemas de orden público. Para hoy jueves CONATRA tenía previsto sacar de circulación 80 mil unidades en las 32 provincias del país en reclamo de que se modifique la Ley de Hidrocarburos, protesta que fue pospuesta para el próximo miércoles a petición de varios funcionarios del Gobierno, según lo que explicó el empresario del transporte Antonio Marte. Para contrarrestar los efectos de los paros anunciados el director de la OMSA, Héctor Mojica, informó ayer que reforzó su flotilla en los corredores que opera, en tanto la directora del Intrant, Claudia Franchesca de los Santos, aseguró que la movilidad de los ciudadanos está garantizada. Ambos funcionarios saben perfectamente, como lo saben los transportistas que los promueven, que eso no es cierto. Y los días por venir lo demostrarán una vez más, como volverán también a poner en evidencia porqué el Gobierno ha tenido que ceder a su chantaje cuando deciden utilizar las calles como campos de batalla para exigir sus derechos o imponer a la mala sus intereses.