En pelota y en política las bases solo están ahí para que las pisen los corredores y voten en las elecciones, como saben hasta los que no han votado nunca en su vida ni han pisado un estadio, como sabe todo el mundo también que el expresidente Leonel Fernández es un político de saco y corbata que no anda codeándose con sus representantes. Nadie debe sorprenderse entonces de que en la actual situación del PLD su anuncio de que se reunirá con las bases del partido para escuchar su opinión antes de la reunión del Comité Central del próximo sábado, en la que se decidirá el método de elección de sus candidatos, haya sido recibido con desconfianza y escepticismo. Francisco Domínguez Brito, por ejemplo, quien definió la convocatoria como una “táctica política” para evitar que se aprueben las primarias abiertas, y le recordó que esos encuentros deben ser constantes y permanentes y no producto de un interés coyuntural. Tal vez por eso lo que la mayoría de los miembros de las bases ha expresado en esas reuniones a puertas cerradas, según lo que se ha filtrado a la prensa, “coincide” con la posición del convocante: que los candidatos se escojan con primarias cerradas y el padrón del PLD. Como diría el pueblo en la calle: mas bueno que es así… Nadie es tan ingenuo, sin embargo, para no darse cuenta de la maniobra, aunque hay que reconocer que la coartada que se invoca resulta irreprochable: la unidad y la institucionalidad del PLD. Ojalá tenga suerte el doctor Fernández, y sus esfuerzos lo consagren, en el santoral peledeísta, como el “salvador” del partido. Pero como se ve el juego desde las gradas no parece posible que sus maniobras, ni su receptividad “coyuntural” al reclamo de las bases, puedan evitar que el danilismo apruebe las primarias abiertas el próximo sábado.