Que el Comité Político le restituyera al Congreso Nacional su facultad de conocer, discutir y aprobar sin injerencias ni intromisiones las leyes de Partidos y de Régimen Electoral ha merecido aplausos y reconocimiento, como si hubiera que agradecerle a la dirigencia peledeísta que haya permitido que la democracia dominicana funcione como corresponde. Lo que, desgraciadamente, no es tan sencillo, como evidencian las reacciones de incredulidad conque sus legisladores recibieron la noticia de que se les dejará en libertad de actuar de acuerdo a su íntima convicción en el tema de las primarias. La del vocero de la bancada peledeísta en la Cámara de Diputados, Gustavo Sánchez, es de antología, pues muestra lo acostumbrados que están a funcionar como sellos gomígrafos de su partido o del Poder Ejecutivo, que en este caso es lo mismo, y también lo poco dispuestos que están a hacer algo para que esas cosas cambien. Para el vocero peledeísta, el Comité Político ha creado las condiciones para que las convicciones de cada legislador se conviertan en un obstáculo para alcanzar un consenso que propicie la aprobación de la Ley de Partidos en la próxima legislatura, y todo se quede como está. Y parece que no anda descaminado en su apreciación, pues el vocero de los diputados del PRD, Radhamés González, cree muy difícil que el tema de las primarias pase en esa cámara debido a que ninguno de los líderes del PLD cuenta con la mayoría calificada necesaria. Eso le daría la razón a los que piensan que, mas que una oportunidad para que el Congreso apruebe la Ley de Partidos que cocina a fuego lento desde hace mas de veinte años, la maniobra del Comité Político volverá a poner en evidencia el control del partido oficial sobre los poderes públicos, pero sobre todo la necesidad urgente de liberar a la democracia dominicana de ese control para que pueda servir a los intereses y necesidades de todos los ciudadanos y no solamente de los peledeístas.