Los dirigentes y legisladores peledeístas a los que se les ha pedido su opinión, como por ejemplo el presidente de la Cámara de Diputados Rubén Maldonado y el senador Julio César Valentín, han descartado de plano la posibilidad de que se esté cocinando una campaña sucia contra el expresidente Leonel Fernández, como denunció el periodista Rafael Núñez, pero probablemente hubieran respondido lo mismo si les hubieran anticipado que el convicto por narcotráfico Quirino Ernesto Castillo llegaría al país de manera sorpresiva trayendo en su equipaje la campaña sucia con que la que lo sacó de la carrera por la Presidencia de la República. Debido a los efectos catastróficos que tuvo para Fernández su aparición en el escenario político algunos la llamaron “Quirinazo”, bellaquería que entonces se atribuyó al entorno del presidente Danilo Medina. El mismo entorno, hay que suponer, al que el exportavoz de la Presidencia atribuye la paternidad de la trama contra el presidente del PLD con la que se trataría de “ablandar” su posición con relación a las primarias y la Ley de Partidos. Núñez dijo en su cuenta de twitter que los autores de esa campaña sucia están presionando y chantajeando a periodistas de renombre para que, al igual que Quirino en aquella ocasión, sirvan de instrumento a sus maquinaciones. Desde luego, tiene que sustentar su denuncia en algo más sólido que la “fuente bastante confiable” que le pasó el dato, sobre todo después de insinuar que serían sus ejecutores los periodistas Julio Martínez Pozo y Dany Alcántara, a los que la Procuraduría admitió que investiga por su posible vinculación al escándalo Odebrecht y el reparto de 92 millones de dólares en sobornos. Pero en el mientras tanto conviene no descartar su denuncia aunque parezca oportunista y descabellada, pues luego del “Quirinazo” que demostró que los danilistas, como dice Franklyn Almeyda, no tienen límites en el poder, cualquier cosa puede ser posible.