Cuesta creer que nuestras autoridades quieran salirse por la tangente echando mano a un recurso tan gastado y manoseado como la teoría de la conspiración, pues por regla general sus denunciantes nunca pueden probar su existencia y mucho menos identificar a sus promotores o auspiciadores, lo que termina desacreditándolos. Pero aún así, y más que nada porque es nuestra obligación como periodistas, hay que hacerle la pregunta al teniente general Rubén Darío Paulino Sem, Ministro de Defensa: ¿Quién o quiénes dirigen la campaña de descrédito que utiliza la inmigración ilegal haitiana para dañar a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, responsables de proteger la integridad de nuestras fronteras marítimas y terrestres, difundiendo falsos vídeos por las redes sociales? Como se trata, como ya se habrán dado cuenta, de una pregunta meramente retórica, no tiene sentido especular aquí sobre la identidad de esos posibles conspiradores, y mucho menos hacerle caso a los que sugieren que ha sido el propio Gobierno, para desviar la atención del lío de Odebrecht, la corrupción, y el fastidioso acoso de los verdes, el que alienta por la izquierda esa supuesta campaña. Lo que sí parece evidente, dadas las denuncias desde distintos sectores sobre la presencia o entrada de ilegales haitianos a territorio dominicano, es que los únicos que no los ven son, precisamente, los responsables de evitar que burlen los controles de nuestra porosa frontera. Más o menos lo que han hecho siempre los guardias a cambio del conocido –por ser prácticamente público– peaje, y nunca fue necesario culpar a una campaña de descrédito cuando el intenso tráfico humano que ha llenado tantos bolsillos de este lado de la frontera se sale de control.