QUÉ SE DICE: Sorpresa desagradable

QUÉ SE DICE: Sorpresa desagradable

Claudio Acosta.

Así como puede decirse que las visitas sorpresa son, por expresa voluntad  del presidente Danilo Medina, el sello distintivo de su Gobierno, así mismo puede afirmarse que los  odiosos paros sorpresa son la marca de fábrica, pero sobre todo el arma favorita de Juan Hubieres y sus leales tropas de Fenatrano, que ayer dejaron varados a miles de pasajeros en el Gran Santo Domingo que no pudieron llegar a tiempo, o simplemente no llegaron, a sus centros de trabajo y   estudios, en protesta por las alzas continuas de los precios de los combustibles. En la víspera el llamado  Comandante Rebelde convocó a una rueda de prensa en su casa para anunciar la paralización de las rutas interurbanas que opera en la región Sur, lo que efectivamente ocurrió, como parte de un plan de lucha para que el Gobierno baje el precio de los combustibles. Ese plan de lucha incluye otras acciones  de carácter  pacífico  como cacerolazos y marchas de choferes por todo el territorio nacional, según lo que explicó Hubieres en esa rueda de prensa, donde también llamó a los sectores sociales, empresariales, religiosos y políticos del país a sumarse a su jornada de lucha hasta poner fin al “abuso” que comete el Gobierno. En ningún momento, en esa rueda de prensa,   el presidente de Fenatrano  habló  o mencionó  los paros sorpresa, que precisamente por eso resultan tan abusivos y  trastornadores, a tal punto  que casi no califican como una protesta  pacífica. ¿Es legal que Juan Hubieres y Fenatrano, que operan una ruta “propiedad” del Gobierno, dejen de ofrecer  el servicio  sin avisarle a nadie, trastornando  la rutina productiva de miles de ciudadanos?  La respuesta se la dejamos a Claudia Franchesca y los técnicos del Intrant, pero en realidad necesitamos que hagan mucho más que eso.

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