¡Qué viva República Dominicana y qué viva la lucha verde!

¡Qué viva República Dominicana y qué viva la lucha verde!

Millizen Uribe

El 21 de diciembre de 2016 el Departamento de Justicia de los Estados Unidos reveló el Caso Odebrecht, el caso transnacional más grande de corrupción, soborno, lavado de activos, financiamiento ilegal de campañas y sobrevaluación de obras en la historia reciente que incluye a República Dominicana.
La información fue conocida aquí ese mismo mes, cuando el espíritu dominicano es de fiesta y celebración navideña, por lo que algunos entendían que el clima de impunidad que impera en el país garantizaría pasara al olvido sin consecuencias ni repercusiones, como ha pasado con otros.
Cinco meses después, llegar a esa conclusión es fácil, si tomamos en cuenta que en Ecuador los sobornos fueron de 33 millones de dólares y ya en abril de este año estaba detenido el exministro de electricidad y un empresario conocido.
Que en Colombia fueron USD$11 millones y en febrero se congelaron los bienes de un exsenador, pero ya en enero se había detenido un ex viceministro de transporte.
Que en Perú los sobornos fueron por USD$29 millones. En abril fueron detenidos el expresidente del comité de licitación, el exasesor del viceministro de comunicaciones, se suspendió la concesión de una obra y ya en febrero un juez había dictaminado arresto preventivo contra un expresidente: Alejando Toledo.
Y que en República Dominicana, donde los sobornos fueron por USD$92 millones, más que en los tres países mencionados arriba, y que fue identificada en las delaciones premiadas como el lugar al que en un momento se mudó la estructura mafiosa de Odebrecht por las condiciones de impunidad que garantizaba, a la fecha, no hay ni una sola persona identificada oficialmente, más allá de las listas que circulan en las redes sociales, ni una sola obra detenida, y Odebrecht sigue operando.
Pero, ¡Oh sorpresa!, el 22 de enero una parte importante del pueblo dominicano salió a las calles, vestida de verde, a exigir castigo contra la corrupción y fin de la impunidad.
Desde esa fecha las manifestaciones no han parado. Y lo ideal es que no paren, sino que más personas se sumen porque por el único motivo que aquí todavía se habla del caso Odebrecht es por la presión social que creó la marcha verde.
Aquí la única esperanza es la ciudadanía empoderada y la única vía es la protesta social. Así se logró 4% para Educación, preservación de Loma Miranda, renegociación contrato Barrick Gold y ahora colocación del tema corrupción e impunidad.

Así que ¡Viva la República Dominicana y que viva la lucha verde! que sí está haciendo lo que nunca se había hecho.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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