PUERTO PRïNCIPE. Cientos de personas, entre ellas exministros y simpatizantes del régimen, asistieron el sábado en Puerto Príncipe al funeral del exdictador Jean-Claude «Baby Doc» Duvalier, quien durante 15 años ejerció el poder con mano de hierro en Haití.
«Duvalier fue un gran hombre en la historia de Haití», gritó un hombre al ver salir el féretro cubierto con guirnaldas florales, tras la ceremonia privada organizada dentro de una pequeña capilla de la escuela Saint-Louis de Gonzague.
Duvalier murió el pasado 4 de octubre tras sufrir una crisis cardíaca a la edad de 63 años en Puerto Príncipe. Durante el funeral, exministros de Duvalier recordaron entre aplausos a «uno de los presidentes más grandes del país», mientras que exbarones del régimen evocaron sus logros durante sus 15 años de gobierno (1971-1986).
Sin embargo, a la salida de la capilla una docena de jóvenes vistiendo camisetas rojas gritaron al cortejo fúnebre «Duvalier es un criminal y no irá al paraíso. Quemen a Duvalier, decapítenlo».
La presidencia de Haití anunció en un principio que se organizarían funerales nacionales para el exdictador, pero una petición en internet denunció la intención de ofrecer un funeral de estado a un hombre acusado de matar, torturar y expulsar a decenas de miles de opositores.
La familia decidió posteriormente realizar una ceremonia privada, lo que reconfortó a las asociaciones en defensa de los derechos humanos.
Conocido como «Baby Doc», Duvalier heredó el poder de manos de su padre Francois «Papa Doc» Duvalier (1957-1971), perpetuando una larga dictadura en el país más pobre de América Latina.
Tras un exilio de 25 años en Francia decidió regresar a Haití al cumplirse un año justo del terremoto que devastó el país en 2010.