Rafael Molina Morillo, el hombre de los buenos días

Rafael Molina Morillo, el hombre de los buenos días

 

La columna  “Mis buenos días” del fallecido Rafael Molina Morillo, publicada por el periódico El Día, era una consulta obligada por toda la ciudadanía por la particular manera  como este conspicuo y acucioso periodista enfocaba los problemas y grandes desafíos de la sociedad dominicana.

Hoy Digital reproduce algunos de sus escritos en este espacio del matutino El Día:

 

La pobre UASD

 

Nuestra querida Universidad Autónoma de Santo Domingo, primada de América, reúne más méritos históricos y académicos que otras casas de estudios superiores en este lado del mundo.

Sin embargo, hay otra realidad paralela que se empeña en abrirnos los ojos para que reconozcamos que, por otro lado, estamos encharcados en un lodazal de ineficiencia que nos define como un asco, un descrédito y un despilfarro.

¿Cómo se explica esta contradicción?

Por muchísimos desaciertos cometidos tanto por la politiquería como por la corrupción, por los propios estudiantes y por esa equivocada idea de que en todo hogar debe haber colgando un diploma universitario.

El Estado, por su lado, al creerse responsable de lanzar más y más profesionales a la calle, aunque no sepa de dónde sacar dinero para alimentar a ese elefante blanco que es la UASD.

Como parte de la solución propongo que se establezca un límite de estudiantes que lleguen a la mitad de los que hay ahora.

A estas ideas locas se pueden sumar cientos más. Pero por algún lado hay que comenzar.

 

 

¿Por qué a mí?

La mayoría de la gente, cuando se enfrenta a momentos de dificultades, suele desahogarse con frases acusatorias culpando a otros o al propio Dios por su mala suerte.

Para convencernos de que esa es una equivocada manera de pensar, basta conocer la siguiente historia que me llegó por email del legendario jugador de Wimbledon AthurAshe, quien se estaba muriendo de sida, enfermedad de la cual se contagió por medio de sangre infectada administrada durante una cirugía del corazón en 1983

Ashe recibió miles de cartas de sus fans, uno de los cuales le preguntó:

“¿Por qué Dios tuvo que elegirte a ti para una enfermad tan horrible?”.

Arthur Ashe contestó:

Hace muchos años unos 50 millones de niños comenzaron a jugar al tenis, y uno de ellos era yo.

5 millones aprendieron realmente a jugar al tenis, 500,000 aprendieron Tenis Profesional, 50 mil llegaron al circuito, 5 mil alcanzaron al Grand Slam, 50 llegaron a Wimbledon, 4 llegaron a la semifinal, 2 llegaron a la final y nuevamente uno de ellos fui yo.

Cuando estaba celebrando la victoria con la copa en la mano, nunca se me ocurrió preguntarle a Dios: “¿Por qué a mi?”.

Así que ahora que estoy con dolor, ¿cómo puedo preguntarle a Dios: “¿Por qué a mí?”.

¡¡La felicidad te mantiene dulce!!

¡¡Los juicios te mantienen fuerte!!

¡¡Los dolores te mantienen humano!!

¡¡El fracaso te mantiene humilde!!

¡¡El éxito te mantiene brillante!!

Pero sólo la fe te mantiene en marcha.

A veces no estás satisfecho con tu vida, mientras que muchas personas de este mundo sueñan con poder tener tu vida.

Un niño en una granja ve un avión que le sobrevuela y sueña con volar. Pero el piloto de ese avión sobrevuela la granja y sueña con volver a casa.

¡¡Así es la vida!! Disfruta la tuya…

Si la riqueza es el secreto de la felicidad, los ricos deberían estar bailando por las calles.

Pero sólo los niños pobres hacen eso.

Si el poder garantiza la seguridad, las VIP deberían caminar sin guardaespaldas.

Pero sólo aquellos que viven humildemente sueñan tranquilos.

Si la belleza y la fama atraen las relaciones ideales, las celebridades deberían tener los mejores matrimonios.

¡Ten fe en ti mismo!

¡Vive humildemente. Camina humildemente y ama con el corazón…!

 

 

Buenos Días especiales

Estos Buenos Días son para ti, Danilo. Supongo que otros, antes que yo, se han adelantado para darte consejos sobre cómo gobernar este país, especialmente en los tres años que faltan para completar el presente período constitucional, por aquello de que “lo importante no es como se empieza, sino como se termina“.

La diferencia entre los consejos que te regalan tus acólitos, en una dirección, y los míos, en otra, estriba en que estos son gratuitos, a cambio de nada y podrían abrirte las puertas de la gloria.

Mi recetario es fácil. En primer lugar, no te voy a pedir que renuncies al empleo que tienes, porque eso es utópico y yo quisiera que me tomes en serio.

Me conformaría, y conmigo millones de ciudadanos, con que des un giro de 180 grados, y alejes de tu lado a todos los ministros y demás funcionarios corruptos e incapaces a quienes has confiado responsabilidades públicas, y dejes de proteger a otros aunque les debas favores políticos.

Que metas en la cárcel a los ladrones y delincuentes de toda laya, oficiales o privados. Que pongas en vigor efectivo la Constitución y las leyes, con excepción de la reelección.

Que hagas todo lo que haya que hacer para que los poderes Legislativo y Judicial sean realmente poderes y no cuevas de bandoleros. Hay mucho espacio para seguir enderezando al país. Pero si hay voluntad, se puede.

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