Raúl: “El ser no vidente no implica falta de visión”

Raúl: “El ser no vidente no implica falta de visión”

El 12 de marzo de 1968 Raúl Sosa vino al mundo con sus cinco sentidos. Pero un día sintió que la vista le fallaba y decidió ir al oculista, quien le dijo que no notaba nada extraño en sus ojos.

“El médico me dijo que todo estaba bien, me fui a la cama y cuando desperté noté que todo estaba oscuro, escuchaba los niños jugando y me preguntaba ¿qué hacen estos niños jugando de madrugada? mas pronto me di cuenta que ya era de mañana pero que para mí ya nunca iba a amanecer”.

Siguiendo adelante.  Quizás para muchos una experiencia como esta sirva de limitante, de excusa para la autocompasión.

Pero eso no es el caso de Raúl, quien sacó fuerzas de su interior y decidió seguir hacia adelante.

“Mis hijos y el ejemplo que yo consideré debía darles fueron la fuerza que me  sirvieron de inspiración para no darme por vencido”, indica.

Fue así como pensando en Virtudes y Rosa Iris, de 18 años, Félix Raúl, de 7 años y Raúl Alberto, de 3 meses, Sosa decidió realizar uno de sus más grandes sueños: abrir su propio centro de masajes.

“Tenía un dinero reunido y con éste alquilé un pequeño local, ubicado en la calle Santiago. Allí juntamente con Yaris, otra no vidente, atendíamos a las personas”, indica.

Y aunque no todos los obstáculos estaban solucionados, pues como en todos los negocios el inicio fue difícil.

“Por ese tiempo ví la película “En busca de la felicidad” donde el protagonista, encarnado por Will Smith,  enfrentó muchas vicisitudes y me dije: si él pudo, ¿por qué yo no?.

Los frutos del jardín.  Desde su fundación el 15 de marzo de 2007, el Centro de Masajes y Terapias Naturales El Edén, como lo bautizó Sosa, ha progresado mucho.

“Hoy día tengo un nuevo local, mucho más amplio, PROMYPIME me concedió un préstamo debido a que la demanda aumentó y puedo decir que es un negocio estable”, asegura.

Aquí Sosa, juntamente con tres empleados más: Sully, Leonel y Yaris, que aún está con él, y por supuesto, la ayuda de su esposa Adalgisa Ramos, ofrecen  masajes de reducción, de tonificación y anticelulíticos.

“Hay masajes reductores, de relajación y terapéuticos”, expresa Sosa.

Respecto a la acogida del público, señala que no siente que las personas desconfíen de él por su condición de no vidente, pues después de todo, lo que más importa es el talento y la profesionalidad y eso no depende de la vista física, sino de la del alma.

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