PETER ORSI
Associated Press
LA HABANA
En un partido de béisbol cargado con ribetes simbólicos y que contó con la presencia de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, los Rays de Tampa Bay derrotaron ayer 4-1 a la selección cubana dentro de la primera visita de un equipo profesional de Estados Unidos a la isla comunista desde 1999.
James Loney disparó un jonrón y produjo tres carreras, mientras que Matt Moore y los lanzadores de Tampa Bay maniataron a los cubanos hasta que Rudy Reyes conectó un jonrón en el noveno inning.
Pero el juego no será recordado por el resultado, sino por los dos mandatarios sentados en la primera fila del Estadio Latinoamericano.
La concurrencia rugió cuando Obama y Castro ingresaron al estadio para luego dirigirse a sus asientos detrás del plato. «¡Raul! ¡Raúl!», coreó la gente.
Mientras los dos países tratan de atenuar más de 50 años de enemistad por la Guerra Fría, la imagen de Obama y Castro sentados juntos fue notable.
Obama lució una camisa blanca con lentes de sol. Castro fue más formal, vestido con un blazer.
Los gobernantes tomaron parte cuando los espectadores hicieron «la ola» al inicio.
Obama hizo la señal de quieto cuando Kevin Kiermaier se deslizó en el plato para anotar la primera carrera, y luego le estrechó la mano a Castro.
Un club de las Grandes Ligas no disputaba un partido de Cuba desde la visita de los Orioles de Baltimore, hace 17 años.