El director de Casa Abierta, Radhamés de la Rosa, insistió en que el país debe avanzar para estar al día con las políticas antidrogas que muestran resultados positivos, como son la despenalización de los consumos, la regulación de sustancias como el cannabis, de gran potencial médico, la promoción de estilos de vida saludables, la atención a los usuarios adictos y masificación de los programas preventivos.
Consideró como válido el informe de Estados Unidos sobre drogas, en el sentido de que las políticas locales están tomadas por la corrupción y el autoritarismo, en un Estado que se proclama de derecho.
Apuntó que ante la reiterada valoración negativa de la República Dominicana, estas informaciones han debido actuar como catalizadores de nuevas iniciativas, pero no ha sido así.
“No ha habido la voluntad política de quienes nos gobiernan para avanzar hacia las políticas activas, programas de prevención e información pública nacionales y sentencias estrictas”, expresó De la Rosa.
Indicó que las autoridades dominicanas se han pasado haciendo discursos de buena voluntad, declaraciones de fuerza, afirmando que tienen control del tráfico y que los consumos son insignificantes.
Afirmó que todo ello es para justificar “una de las políticas más reaccionaria y corrupta del continente, atrasada, inhumana y peor que las drogas a las que dicen combatir”.
“Las políticas de drogas dominicanas tienen que cambiar. Es una responsabilidad de todos los poderes del Estado acabar ya con esta barbaridad que se tiene como política de Estado frente a las drogas”, expresó De la Rosa.
Según el informe del Departamento de Estado para el 2015, publicado el pasado miércoles, la República Dominicana sigue siendo “un importante país para el tráfico de drogas ilegales”. También destaca que en el país ha habido “un incremento” de la violencia vinculada a la droga”, generada por organizaciones del crimen organizado que mantienen socios dominicanos que han desarrollado “bandas locales” para el desarrollo de sus operaciones.