América Latina todavía tiene las venas abiertas. Nuestra región cuenta con riquezas económicas, culturales, medioambientales y humanas y aún así es de las más desiguales del mundo.

Hoy por hoy, muchas naciones latinas siguen inmersas en la lógica del subdesarrollo, de la pobreza y de las violencias.

Sistemas políticos inestables y poco democráticos, instituciones débiles y modelos económicos incapaces de sacar a sus poblaciones de la pobreza forman parte del panorama de la Patria Grande de Bolívar.

No obstante, hay países que van avanzando en la sutura necesaria para evitar desangrarse más.

Su ruta incluye sistemas políticos más democráticos, donde el pueblo tiene mayores niveles de participación y decisión gracias a herramientas como referéndums aprobatorios o revocatorios.

También abogan por instituciones políticas novedosas y condenan al olvido y posterior muerte a los partidos e instituciones tradicionales que no han satisfecho sus demandas de equidad y desarrollo humano.

Grandes avances se observan en males endémicos como el combate y el castigo a la corrupción. En este momento muchos países de América Latina enfrentan casos de corrupción que están poniendo en serios aprietos a diferentes gobiernos, partidos e instituciones de la región.

En Guatemala, México, Panamá, Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Bolivia han aflorado, a final del año pasado e inicio de este 2015, casos de corrupción que golpean a gobiernos.

Llama la atención que la mayoría de estos casos salen a relucir en países donde hay gobiernos progresistas, pero es válido resaltar las respuestas ante estos, que van desde destituciones, juicios, encarcelamientos, marchas masivas y mermas en la popularidad.

América Latina avanza. En unas direcciones y en otras. Pero República Dominicana no se mueve al mismo ritmo que sus naciones vecinas.

En relación a la desigualdad, en los últimos años la economía dominicana ha crecido a un ritmo tal que en varias ocasiones ha superado a los demás países de la región.

La semana pasada el Banco Central dominicano informó que nueva vez hubo un crecimiento económico envidiable: 6.5% en el primer trimestre de este año.

No obstante, otros países de la región crecen mucho menos y reducen más pobreza que nuestro país.

Lo mismo se puede decir de la corrupción. Los escándalos remueven las entrañas de las demás naciones y aquí en el país pasa poca cosa.

De ahí que ya sea hora que República Dominicana se mueva y deje de ser la retaguardia de América Latina, que en materia de disminución de desigualdades y reacción ante la corrupción tiene mucho que enseñarnos.