RD o ese mundo de “ficción” en el que vivimos

RD o ese mundo de “ficción” en el que vivimos

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Aún no hemos superado la debacle electoral, que nos ha llevado de la “fantasía” al ridículo, cuando una nueva realidad nos sacude al ver qué tan abominables podemos llegar a ser. ¿Cómo puede alguien torturar a una persona y lanzarla a un foso, para que muera ahí dentro, con la intención de robarle su vehículo y poderlo vender sin contratiempos?
La noticia, de tan espeluznante, parecería sacada de una novela de ficción. Pero es real. Tanto que vimos a los rescatistas sacar los cuerpos de tres de al menos siete víctimas y a la Policía Nacional informar que Radhamés Antonio Ramírez, Hugo Antonio Zorrilla Alfonseca (Papulo), la exsargento policial Luz Divina Martínez Pimentel y Hansel Peralta Mercedes secuestraron, torturaron y dejaron morir a los choferes para robarles sus vehículos y luego venderlos en Haití.
Esto sucede justo cuando pensábamos, a causa de unas elecciones llenas de escándalos, irregularidades e irresponsabilidad, que habíamos visto lo peor de lo peor. Pero no. República Dominicana se supera a sí misma cada día: si no es la política, que asquea cada segundo más, son los despojos de una sociedad en la que la violencia toma unos grados de crueldad que antes eran inimaginables.
Poco nos debe quedar por ver. Tal vez, por aquello de que reinan los absurdos, podríamos ver que el Senado deje a los miembros de la Junta Central Electoral (JCE), con su presidente Roberto Rosario a la cabeza, puesto que para ellos ha sido un órgano ejemplar: con un montaje y un conteo de vértigo, en el que es imposible definir dónde está la verdad, tienen sus chanchullos garantizados.

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