Desde una intensa jornada sexual hasta un pajón “desbecado”, la semana ha dado mucho de sí en esta media isla con complejos de país. Y por si eso no fuera suficiente hemos vuelto a bailar en un escándalo de corrupción: somos la comidilla en Guatemala gracias a una donación de US$1.5 millones a la campaña del expresidente Otto Pérez Molina en las elecciones del año 2011 (¿habrá sido Félix Bautista?).
El primer escándalo surgió por un acto íntimo realizado en una empresa sin tomar recordar que las cortinas existen: una pareja, demasiado emocionada tal vez, dio riendas sueltas a la pasión con tan mala suerte que fue grabada desde la calle porque todo se veía desde fuera. Si ya eso fue bastante fuerte, lo duro fue que muchos se ensañaron contra la que asumieron era la protagonista del video y le hicieron la vida miserable. ¿Con qué derecho nos atrevemos, sobre todo sin confirmar la identidad de la persona, a arruinarle la vida a alguien así? Lo que cada quien haga con su cuerpo es asunto personal.
Pero si el lunes fue intenso, el martes no se quedó atrás: Nicky González Méndez denunciaba que la ministra de Educación Superior, Ligia Amada Melo, dijo que no le daría una beca por su pelo rizado. Aunque doña Ligia declaró después que no fue así, gente que estaba en el despacho confirma que sí lo dijo. Ante el hecho surgen varias preguntas: ¿por qué alguien tiene que ir donde doña Ligia a solicitar una beca en lugar de usar los canales correspondientes? ¿Hasta cuándo discriminaremos a los demás por su aspecto? ¿Seremos noruegos? ¡Qué increíble es ver cómo vamos de un absurdo a otro sin siquiera tomar una pausa!