La evasión fiscal, que por lo visto alcanza en el país una alarmante proporción del 60%, se convierte en virtud de una nueva ley en práctica penada con cárcel y multas, con lo que vendría una embestida judicial con efecto disuasivo que aumentaría las recaudaciones y restaría motivos para subir impuestos o crearlos. Bastaría con una reestructuración que haga pagar más a los que más ganan. Es como para que el Poder se frote las manos con expectativas de mayor captación; pero no exclusivamente a partir del contribuyente regular, visible y de poca escapatoria. Las autoridades tienen que hacer salir de las sombras los grandes negocios informales que no aparecen en sus registros. Ellos han sido una causa efectiva de distorsión tributaria y de una desleal competencia al sector formal de producción y comercio. ¿Se perseguirá a ese nivel, la informalidad?
Ante un endurecimiento recaudador, el proyectado Pacto Fiscal debe llevar con rigor a compromisos sobre la calidad del gasto y transparencia al aplicarlo. La preocupación por el destino de los dineros que nutren al Fisco ha sido por siempre motivo para cuestionar las reiteradas pretensiones de gravar más al ciudadano común, sometido un régimen impositivo regresivo, y a las empresas. Sería hora de que los contribuyentes en general reciban, vía el libre acceso a la información y el control oficial, suficiente indicación de un empleo digno de los recursos públicos.

Hacer patria en las provincias

El desarrollo desigual del país con una concentración en obras públicas e inversiones privadas en ciudades grandes y polos turísticos, tiende a dejar sin actividades que generen riquezas y empleos a provincias que permanecen en el atraso y con sus potenciales dormidos. Cada zona del país está dotada por la naturaleza para alguna función económica. Particularidades para cultivos, virtudes para el turismo o vocación para la minería.

Les faltaría la gestión de un Estado comprometido con la redistribución del ingreso y el progreso, con inversiones en infraestructuras y con uso de la mano de obra e insumos de los lugares. Facilitando las gestiones de negocios y el emprendurismo. Los provincianos deben ser liberados del estancamiento que los lleva a emigrar dentro de su propio país o cruzando mares.