Recetario para el progreso integral

Recetario para el progreso integral

El mundo moderno exige cada vez más valor agregado e innovación en las cadenas de producción, y más competitividad, tres condiciones que solo la sólida integración de los sectores público y privado puede lograr en estos países latinoamericanos. Y a consolidar un ambiente propicio para alcanzar estas capacidades es que ha llamado el Presidente Danilo Medina con su discurso en el foro empresarial celebrado en el marco de la Cumbre Iberoamericana, en Panamá.

Su discurso no tiene desperdicios. Su recetario para la internacionalización de las pyme, además de que sintoniza con la política de su Gobierno para impulsar a este sector, se corresponde con la tendencia cada vez más notable hacia la tercerización de procesos industriales y servicios. Lo que procura es el salto de estos países desde su condición de productores y exportadores de materia prima hacia la innovación y transformación en bienes de alto valor agregado.

El Presidente ha sido coherente con el norte de la política oficial en procura de alianzas público-privadas para afrontar las debilidades de nuestra industria, aumentar y diversificar la oferta exportable en base a innovación y competitividad, impulsar la pequeña y mediana empresa por medio de acceso a crédito y tecnología, y actualizar otras asignaturas pendientes, imprescindibles para el progreso económico y social.

NO TAN SENCILLO COMO LO PINTAN 

La presencia de vendedores y limpiavidrios en las esquinas capitalinas en que hay semáforos no es solamente un problema urbano. Es, más que eso, un problema social encarnado por personas que no tienen ni les han facilitado otra forma de ganarse la vida. Es gente que prefiere esta alternativa molesta pero honesta, antes que delinquir o simplemente vagar. Y es un mal social que muchos países han logrado afrontar con medidas más inteligentes que la simple represión.

A esta gente que prefiere ganarse la vida honradamente hay que buscarle oportunidades. El desalojo puro y simple tendrá solo efecto temporal, porque el día a día le exige a estas personas mantener a sus familias. Es un problema social que requiere de soluciones inteligentes, y no la fórmula de los operativos inmediatistas y mediáticos.

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