Recordando al maestro

Recordando al maestro

En 1982 Juan Bosch decía a sus discípulos: “La actividad que más influye en la política es la economía. Si la economía marcha bien, marcha bien la política, pero si marcha mal, marcha mal la política”. Esta aseveración la hacía porque al ser un asiduo estudioso de la historia conocía cómo las grandes crisis en la producción y comercialización de bienes y servicios generaba alteraciones en el orden político local, regional y hasta mundial.
Ya en el año 1974 Bosch tomaba como ejemplo los hechos nacionales acaecidos en la primera mitad del pasado siglo XX. Nos contaba el profesor: “Don Horacio Vásquez fue elegido para gobernar cuatro años, hasta el 16 de agosto de 1928, pero al acercarse esa fecha sus partidarios dijeron que había sido elegido para gobernar seis años en vez de cuatro, y se hicieron los arreglos necesarios para que prolongara su Gobierno hasta el 16 de agosto de 1930, y cuando fue derrocado ya estaba llevándose a cabo en todo el país una campaña para reelegirlo. ¿Fue por eso por lo que lo derrocaron; fue porque iba a reelegirse? Hay gente que ha dicho que sí, que fue por eso, y esa gente es de las que creen que la historia se mueve a fuerza de ideas; que los pueblos actúan en defensa de lo que llamamos ideales; pero los que creen que a Lilís y a Trujillo los mataron porque se reeligieron varias veces y que a don Horacio Vásquez lo tumbaron porque quiso reelegirse andan equivocados, están confundidos. Lo que les costó la vida a Lilís y a Trujillo fueron dos crisis económicas, y lo que costó el poder a don Horacio Vásquez fue otra crisis económica, la que se conoce en la historia de la economía mundial con el nombre de la Gran Depresión de 1929 y también con el nombre de el Crack de 1929…La crisis de 1920 sacó a los norteamericanos de nuestro país y la de 1929 nos montó en el lomo a Trujillo… Los que han dedicado su tiempo a estudiar los fenómenos políticos saben que la historia no se improvisa; que así como detrás de la noche va la mañana y luego el mediodía y después la tarde, así detrás de cada crisis económica se producen cambios políticos y estos serán según lo quieran o lo permitan las fuerzas del pueblo. Fuerzas políticamente organizadas pueden dominar una situación y llevarla adonde le convenga al país; fuerzas políticamente desorganizadas o débiles serán barridas por los acontecimientos”.
La República Dominicana tiene una deuda en crecimiento al punto que se toma prestado para pagar solamente los intereses. El costo de la vida sube y los salarios no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de la población en general. Las atenciones de la salud y el precio de las medicinas resultan costosos y prácticamente inasequibles para el bolsillo del común de los dominicanos. Si no se consigue ponerle un pare a la espiral inflacionaria presente vendrá el desorden que es lo que menos debe interesar al Gobierno. Todo luce indicar que a medida que se acerca el 2020 el bienestar público se va tornando color de hormiga brava.
Nuestras plegarias van para que sea a través del certamen electoral que el pueblo exprese su aprobación o rechazo a la actual gestión de Gobierno.

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