Reflexiones por el Día del Trabajo

Reflexiones por el Día del Trabajo

De todos los factores que integran el concepto producción en nuestra muy particular economía, el ser que aporta el esfuerzo, el trabajador, es de los pocos, tal vez el único, que el empleador puede manipular a su antojo. Tanto es así que la labor, ese factor imprescindible para la producción y la productividad y que es aportado por el asalariado, es de los pocos insumos que se transan a tarifa fijada por el comprador, no por el vendedor, ni por la interacción entre oferta y demanda.

Hay que tener claros estos conceptos para entender por qué es tan difícil y poco promisoria la lucha de los trabajadores por lograr un salario más o menos decente. Las negociaciones en curso entre trabajadores y empleadores, con la mediación impotente del Gobierno, han dado tantos tumbos porque el Estado ha sido incapaz de crear las condiciones para que el trabajador sea dueño del precio del insumo que aporta a la producción.

En este Día Internacional del Trabajo hay que reclamar la adopción de una política mediante la cual el Estado tenga mayor influencia en la toma de decisiones sobre salario, basadas en factores de la dinámica económica como inflación, poder de compra de la moneda y valoración del aporte de los trabajadores a la productividad. Hay que hacer menos lesiva la posición dominante del capital sobre el valor del esfuerzo productivo.

La sociedad aún siente y vibra

La indignación expresada por entidades y personalidades contra el instinto criminal de choferes de dos sindicatos de Boca Chica que amenazaron con incendiar un autobús lleno de niños, es una tranquilizante muestra de que nuestra sociedad siente y vibra cuando es espoleada por actos como estos, protagonizados por personas que se creen dueñas de los derechos de todos.
No es la primera vez que sindicatos de choferes protagonizan agresiones semejantes. En muchas ocasiones han actuado contra el derecho al trabajo de otros choferes, y han secuestrado la libertad de las empresas a contratar sus medios de transporte preferidos. Es increíble que actúen igual que las bandas que les agreden en Haití cuando van a llevar mercancías. Es una bendición que la sociedad sienta y vibre todavía ante desmanes como estos.

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