En uno de los pisos más altos de un rascacielos de Manhattan, un grupo de refugiados de Wall Street se juega tranquilamente miles de millones de dólares en la máquina de hipotecas estadounidense.
Sus genealogías son de la lista A: Citigroup Inc., Bank of America Corp., Credit Suisse Group AG. Su trabajo consiste en merodear por una ventaja en el mercado de títulos de hipotecas para vivienda que maneja un volumen de dinero de US$6 billones, un lugar donde, hace sólo siete años, la codicia y la arrogancia chocaron en la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.
Puede sonar como un fondo de cobertura de alto nivel, pero no lo es.
Es Freddie Mac, el gigante hipotecario respaldado por los contribuyentes que se derrumbó en 2008 junto con su compañía hermana aun más grande Fannie Mae. Hoy, después de los rescates multimillonarios, ambos están todavía bajo la tutela del Estado.
Es por ello que lo que está sucediendo dentro de Freddie Mac podría resultar una sorpresa. Con poca fanfarria, la compañía ha contratado a los operadores de los principales bancos y les ha otorgado poder a algunos para que coloquen nuevas apuestas.
El máximo responsable ejecutivo, Don Layton, dice que los objetivos incluyen la lubricación del mercado hipotecario, donde Freddie Mac y Fannie Mae todavía juegan un papel fundamental. Pero la actividad presenta también otra cosa: una oportunidad para aumentar las ganancias.
Nadie está dice que Freddie Mac está tomando el tipo de riesgos que tomó durante la época de las hipotecas subprime. Pero dado el fiasco de 2008, cuando las dos empresas patrocinadas por el gobierno fueron puestas bajo tutelas federales, a algunas fuentes externas les preocupa que la empresa este innecesariamente apostando con el dinero de los contribuyentes.
Tomando riesgos. «Si las cosas funcionan como se supone que deben hacerlo, el dinero va a los contribuyentes, así como a las personas a las que les están pagando los salarios y bonos», dijo Jay Brinkmann, ex economista jefe de la Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA, por su sigla en inglés).
Pero si los nuevos operadores cometen un error o los mercados se mueven de maneras sorprendentes, «en última instancia, ese riesgo recae en manos de los contribuyentes», dijo Brinkmann, ahora consultor de servicios financieros.
A pesar de que Freddie Mac y Fannie Mae son impulsadas a expandirse en su negocio principal de asegurar los bonos hipotecarios para apoyar el mercado de la vivienda, se supone que deben estar liquidando sus libros de inversión para reducir el peligro de una explosión futura. En Freddie Mac, las nuevas contrataciones están efectivamente ayudando a la compañía a hacer eso, incluso en formas que Fannie Mae no utiliza.
Pero la información divulgada de la compañía, los documentos de oferta de bonos y otros datos muestran también que Freddie Mac está tomando nuevos riesgos.