Reina tristeza muerte de un prominente cirujano

Reina tristeza muerte de un prominente cirujano

Devastados por la tristeza y envueltos en llanto están los médicos, residentes y enfermeras del hospital Salvador B Gautier, quienes no atinaban a creer que había muerto trágicamente uno de los más sobresalientes cirujanos de manos del país, el doctor Héctor Herrand Perdomo.
Sus alumnos lo definen como un excelente maestro, para sus compañeros de trabajo era un exquisito ser humano y las enfermeras del Gautier nunca podrán olvidar su alegría; “cantaba mientras operaba a sus pacientes”.
Colosa Concepción, una paciente a quien Herrand le operó una pierna, no podía contener la tristeza, “él me enderezó esta pierna, yo caminaba torcida”, decía entre llantos.
Herrand falleció al precipitarse una aeronave en la cual viajaba junto a otras dos personas que sobrevivieron. Ocurrió en la aeronave matrícula HI-807 de propiedad privada, del tipo Cessna 172; fue a las dos de la tarde del domingo pasado en Constanza.
Las escenas de dolor se repetían en las oficinas, en el área de consulta, de las enfermeras, quirófanos y todos los espacios que vieron formarse y desarrollarse al cirujano plástico con especialidad en manos.
Era tan especial el malogrado cirujano que el 30 de noviembre era su cumpleaños número 58, fue a celebrarlo junto a sus compañeros del hospital.
“Él era un perfeccionista en las cirugías, nos enseñaba con cariño y rigor”, asegura la jefa de residentes, doctora Julisa Infante.
Para la asistente del departamento de Cirugía Plástica y Reconstructiva, Estela Guzmán, se fue un grande, “buen médico, a pesar de su rigor y capacidad, era un muchacho grande, se la pasaba haciendo bromas y payasadas”.
El doctor Severo Mercedes, director de la Escuela de Cirugía Plástica, dijo que fue un hombre incansable, tenía más de 20 años trabajando en el hospital.
En el último año se han intervenido más de 5000 pacientes, el 75% de las cirugías que se realizan en el departamento son del miembro superior y eran responsabilidad de Herrand. Para el doctor Richard Guerrero, era un maestro e inspirador a hacerlo todo bien, mientras que para la doctora Celenia de la Cruz, anestesióloga, se trata de una pérdida dolorosa, Herrand era alegría y excelencia.
Aracelis Rodríguez no podía contener las lágrimas, recuerda que reinsertó las manos de numerosos pacientes y que era un ser humano de luces. El cuerpo sin vida del profesional de la cirugía fue rescatado ayer a las 2:00 de la tarde.

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