Reingeniería del aparato electoral

Reingeniería del aparato electoral

La tormenta política en torno a resultados de las votaciones del domingo tiene su embrión en un sistema electoral plagado de debilidades y vicios que el Estado y los partidos han abonado a discreción. La Misión de Observadores Electorales de la OEA así lo confirma en un diagnóstico sobre las fallas detectadas gracias a su trabajo de observación minuciosa en recintos electorales, durante las votaciones y en el posterior conteo, que se ha vuelto tortuoso por innovaciones técnológicas cuyo afinamiento no estaba debidamente garantizado.
La inequidad en cuanto a acceso a recursos financieros y de difusión, discriminación de género en la participación electoral, falta de adecuadas leyes de partidos políticos y electoral, falta de regulación sobre el origen de los ingresos de los partidos e inexistencia de límites en los gastos de campaña son, entre otras, debilidades estructurales del sistema y en cada una de estas falencias han estado comprometidos el Estado y los partidos políticos, que han obstaculizado los cambios necesarios.
Además, la propia composición de la Junta Central Electoral tiene que ser sometida a cambios que eliminen la percepción de q ue algunos de sus miembros no son totalmente independientes. El diagnóstico y las recomendaciones de la misión de la OEA deben ser aprovechados para una reingeniería de nuestro sistema electoral.

Tarea para el nuevo Congreso

No está definido todavía cuántos congresistas han logrado reelegirse, pero es obvio que en el período de ejercicio que han agotado dejaron mucho que desear en cuanto a realizaciones para el país. Por esa inactividad es que a estas alturas, el procurador general Francisco Domínguez Brito se ve precisado a reclamar que el Congreso apruebe cuatro leyes fundamentales para fortalecer la lucha contra el crimen y garantizar la seguridad ciudadana.
Muchos legisladores se pasaron el tiempo en campaña por reelegirse y dejaron engavetados proyectos de leyes como el de reforma policial, extinción de dominio, control de armas de fuego y el de ley orgánica del sistema correccional para la rehabilitación y reinserción a la sociedad de la persona privada de libertad. Logrados sus objetivos, veremos si se dignan trabajar por el país.

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