Repensar postura de Fed no implica descartar aumento de tasas

Repensar postura de Fed no implica descartar aumento de tasas

Christopher Condon y Jeanna Smialek

A John Williams, presidente del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, le preocupa cada vez más un futuro económico sombrío en el cual el crecimiento sea más bajo y las tasas de interés tengan poco margen para aumentar.
También piensa que la Fed debería barajar la posibilidad de elevar las tasas de interés ya en septiembre.

Si bien esto parece una contradicción, no lo es. La Reserva Federal se enfrenta a dos importantes preguntas relacionadas con las tasas de interés –una de corto plazo y una de largo plazo- y es importante entender que las autoridades las abordan en forma separada.

¿Cuándo debería disponer la Fed el próximo aumento de tasas? Desde que aumentó los costos de endeudamiento por primera vez en siete años en diciembre, la Fed ha tenido cinco reuniones de política en los que no dispuso cambios. Por un lado, el fuerte crecimiento del empleo hizo caer el desempleo a 4,9 por ciento, aproximadamente el nivel que, según la mayoría de los economistas, empezará a provocar un aumento de la inflación.

Es más, el parámetro de inflación predilecto de la Fed, después de dejar fuera los componentes volátiles de la energía y los alimentos, fue de 1,6 por ciento en los doce meses que terminaron en junio, lo que lo ubica a “corta distancia” de la meta de 2 por ciento del banco central, como dijo el vicepresidente Stanley Fischer el fin de semana. “Tiene sentido volver a un ritmo de aumentos graduales de tasas, preferiblemente pronto”, señaló Williams el 18 de agosto en Anchorage, Alaska.

¿Cuánto puede subir las tasas la Fed antes de dejar de estimular la economía? Esta pregunta se relaciona con un concepto conocido como “tasa neutral”. En términos sencillos, es el nivel en el cual el banco central no pisa ni el acelerador ni el freno. En este momento, la Fed tiene apretado el acelerador casi a fondo y está pensando en soltarlo un poco.

Históricamente, los economistas consideran que la tasa neutral se ubica en torno al 4 por ciento a 4,5 por ciento, pero esos cálculos vienen bajando para tomar en cuenta el impacto del envejecimiento de la población y un crecimiento persistentemente débil de la productividad. Algunos economistas agregan otros factores explicativos pero la conclusión final es la misma: la tasa potencial de crecimiento en los EE.UU., y en el mundo, está cayendo y hace bajar la tasa neutral.

Debido a esto, conforme eleve los costos de endeudamiento, la Fed va a alcanzar la tasa neutral a un nivel mucho más bajo que en anteriores ciclos de aumentos.

Williams, que es uno de los más destacados investigadores de la tasa neutral, ha llegado a la conclusión de que podría permanecer mucho más baja que en el pasado debido a factores mundiales. Instó a sus colegas a empezar a pensar cómo debería ser la política monetaria en esa nueva realidad en un trabajo publicado el 15 de agosto. Asimismo, James Bullard de la Fed de San Luis prevé que la meta de las tasas de interés será más baja en el próximo par de años pero de todos modos está a favor de que se las eleve en 2016.

En este punto, se debe hacer una distinción crucial: el análisis de dónde se ubica la tasa neutral y cómo hacer frente a su caída no definirá la próxima decisión de la Fed sino que informará cuánto podrá subir el banco central las tasas a largo plazo.

“Para mí, esto es un intento de llevar adelante o iniciar ese tipo de discusión, de pensar en el futuro, tanto en los Estados Unidos como en otros lugares”, dijo Williams la semana pasada.

Pero no tomen esto como un argumento en contra de elevar las tasas este año.

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