República Dominicana y Puerto Rico, juntos en propósitos de desarrollo

La visita realizada recientemente a nuestro país por el Secretario de Estado de Puerto Rico, doctor David Bernier, pone de manifiesto el interés que tiene el Estado Libre Asociado de reafirmar las relaciones bilaterales entre nuestros países. La economía puertorriqueña no escapa a la crisis que sufren los países dependientes del petróleo como fuente principal de nuestro potencial energético. La Isla del Encanto, que otrora fuera un importante núcleo comercial e industrial, ha sufrido una desastrosa reducción en su producción como efecto de la carencia de incentivos federales, la pecaminosa influencia de las exigencias sindicales desbordadas y la perjudicial tendencia de descuidar la producción en el agro. Sin embargo, con el advenimiento del actual Gobierno encabezado por el honorable Alejandro García Padilla, se nota un claro esfuerzo por rescatar la producción agrícola reducir el gasto público y crear las condiciones necesarias que la inversión privada retome el interés en la producción de bienes y servicios.

Las relaciones bilaterales, ahora en su más alto nivel, entre los dos estados separados por el canal de la Mona, crea un instrumento eficaz para el desarrollo de proyectos comunes que puedan beneficiar las economías de ambos países afectadas por los mismos factores negativos. Los resultados de esta beneficiosa relación ya se hacen visibles, con la promoción de varios proyectos en el área agrícola que se están ejecutando como resultado de la cooperación bilateral. Queda por supuesto mucho camino que andar, para que podamos felicitarnos por los resultados finales. Puerto Rico transita sin embargo por un camino cierto. No obstante hay que redoblar esfuerzos para crear las condiciones favorables para un desarrollo sostenible. El impulso de programas de crédito blando para empresas comunes, el incentivo a la banca privada para el sostenimiento de estos proyectos y el apoyo de las instituciones estatales son factores indispensables. Puerto Rico ha empezado a mirar hacia sus colegas centroamericanos y caribeños, esto es importante, porque abre puertas que antes estaban cerradas. Esta política participativa conducirá a este Estado enclavado en las Antillas Mayores a la integración y acceso de programas sectoriales que contribuirán afirmativamente al rescate de su economía.