Restricción que no debe faltar

Restricción que no debe faltar

Sobre los Estados recae la obligación humanitaria, no siempre cumplida, de ser receptivos a migraciones originadas en crisis sociales y políticas. Esto sin echar a un lado límites razonables contra ingresos que trastornen el lugar que las acoge. República Dominicana ha sido creciente destino en estos años de venezolanos; incluyendo inversionistas, a veces importantes, y de otras personas de varios niveles de un país históricamente fraternal ingresando al mercado laboral y con participación de relieve en el informal; pero también en la delincuencia y hasta en la prostitución. Desde lo aceptable y digno hasta lo perjudicial que algunos círculos observan con indiferencia y otros con preocupación.
Está visto que no se ha pretendido poner orden a esta oleada en atención a historiales de viajeros; ni limitando el acceso al empleo sujeto por ley a permisos y cuotas. Esto pone al país en riesgo de ser desbordado aún más en su capacidad de absorber trabajadores del exterior. Ya de viejo el país experimenta conflictividades por no hacer a tiempo que se respetara la frontera con Haití. En este caso extremo, se sufre la extendida e ilegal presencia de extranjeros en varios ámbitos productivos; más algunos inconvenientes causados sobre la vida urbana, el sistema asistencial y los recursos naturales, pues la mayoría de los haitianos migra en extrema pobreza, con todo lo que ello supone, incluyendo prácticas agrícolas destructivas.

Congratulación a los campeones

El Equipo de la enseña Azul, Tigres del Licey, junto a su muy numerosa fanaticada en el beisbol profesional, merece una cálida felicitación por haberse coronado anoche campeón nacional del torneo otoño-invernal dedicado este año al gran propulsor deportivo, miembro del Salón de la Fama, Alejandro Asmar Sánchez (Chito). Como deporte rey en República Dominicana, la pelota no deja de despertar enorme entusiasmo que para los liceistas hoy se convierte en júbilo. Las Águilas Cibaeñas, que con su numerosa fanaticada y calidad contribuyeron a que la competencia regular y serie final fueran impresionantes y reñidas, quedan esta vez como subcampeonas y con un historial de triunfos memorables. La representación cibaeña también merece elogios, más el agradecimiento de la colectividad deportiva a todos los competidores por haber brindado de nuevo una electrizante rivalidad de colosos.

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