El Nacional, 5 de diciembre: “Asaltan un general y cinco coroneles”. Según el reporte, en el hecho fue despojado de su arma de reglamento un general y a sus acompañantes militares jugadores de dominó les quitaron sus celulares. Una tragicomedia si revisamos los comentarios en la versión digital del periódico, relativos a la forma del atraco, los rangos y apodos de los atracados, la falta de un contertulio como El Ranger y las funciones presentes y pasadas de los jugadores, motivando la percepción de que la noticia era una soberbia mentira. Una locura, pero afortunadamente sin fatalidades porque La Máquina, El Lindo y La Charra no opusieron resistencia.
Hoy, 10 de diciembre. Otra “loquicia”: la “confirmación” por parte del Banco Ademi de que el millón y medio de pesos encontrado en un basurero por un buzo, es de su propiedad y que el mismo se había perdido por “….errores y actuaciones humanas fuera del marco de los procedimientos establecidos” según un comunicado de la entidad, que fue precedido por la información de que los policías actuantes le robaron una parte de su inesperado y milagroso tesoro al buzo, hecho corroborado por las autoridades policiales que sometieron a la justicia a los agentes comprometidos. Probablemente el banco recibirá su dinero sin nadie saber cómo un millón y medio de pesos pasa de un banco a un basurero, de ahí a un buzo, de este a la policía y volverá al banco sin identificar responsables.
Son informaciones que parecen locuras y nos hacen valorar la pertinencia de bautizarlas como “Loquicias en el país de las maravillas”, forma jocosa de no volvernos locos reflexionando sobre ellas.