La autopista Santo Domingo-Samaná ha cobrado notoriedad por la virtud de ahorrar tiempo y combustibles, pero también por el estigma de su peligrosidad. La frecuencia de accidentes mortales ocurridos en esa vía obliga a revisar aspectos críticos de índole técnica al margen de causas humanas como temeridad en el manejo. Pero también hay que revisar aspectos financieros relacionados con la amortización de su costo.

El ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, ha dado una buena noticia al informar que se estudia si existe la posibilidad de revisar la concesión de la autopista para que su administración pase a un ente oficial. El objetivo es lograr disminuir la presión sobre las finanzas públicas que se produce cuando las cobranzas de peaje no cubren la cantidad mensual convenida en el contrato de concesión de la obra y hay que sacar fondos para completar.

Pero el mismo funcionario ha admitido que la vía tiene fallas de construcción que, entre otras cosas, provocan que algunos tramos se inunden en situaciones de lluvia. Creemos que es necesaria una buena auditoría técnica para detectar puntos críticos que incrementan la peligrosidad de una vía como esa, de abundantes curvas cerradas en pendientes y otras características de diseño. Deben hacerse todas las revisiones necesarias para ahorrar dinero y mejorar la seguridad de esta autopista.

COMPROMISO POR LA SEGURIDAD 

La criminalidad ha puesto en ridículo a la autoridad de Santiago, con hechos tan horrendos como matar a ciudadanos para despojarlos de celulares. En circunstancias tan dramáticas, cuando la seguridad está resquebrajada y el temor sonbrecoje a la sociedad, es necesario que se produzcan compromisos por la seguridad como el que suscribieron recientemente organizaciones y líderes empresariales, comerciales, profesionales, de la sociedad civil, juntas de vecinos y grupos comunitarios de la provincia.

La “Declaración del Compromiso, Santiago para la Seguridad” es un paso al frente dado por las fuerzas sociales santiagueras para contrarrestar los factores que propician la delincuencia, el desprecio de la vida humana y otras acciones. Es un ejemplo de responsabilidad social digno de ser imitado.