Robots, ¿competidores de humanos en el trabajo?

Robots, ¿competidores de humanos en el trabajo?

Los robots pueden llegar a convertirse en la solución de un país con más puestos de trabajo que personas dispuestas a ocuparlos, problema que se agrava paulatinamente debido al rápido envejecimiento de la población japonesa.
A pocos kilómetros del centro de la capital japonesa, junto al parque temático Disneyland, dos dinosaurios políglotas reciben a los huéspedes del “Henn-na Hotel” (“hotel extraño” en japonés).
Una papelera robot se pasea a sus anchas por la recepción del hotel, donde se puede observar, además, una pecera llena de peces de silicona robóticos -también de la era jurásica-, pero no hay ni un humano a la vista.
En cada una de las 100 habitaciones del hotel, la pequeña “Tapia” -un robot de sobremesa- se pone a las órdenes de sus huéspedes: una simple petición, pronunciada en inglés o japonés, la lleva a encender o apagar la luz y la televisión, reproducir música o dar la previsión del tiempo.
En Japón, la mitad de los empleados en 2030 serán robots. Y para los que busquen un amigo robot más que un asistente, “Tapia” puede jugar a piedra, papel o tijera, o incluso convertirse en pitonisa (aunque de momento esta función está solo disponible en japonés).
“Esperamos que (los huéspedes) puedan escapar de su vida rutinaria cuando se alojen aquí”, explica Tatsuki Miura, portavoz del establecimiento, que abrió sus puertas el pasado mes de marzo, y cuyo precio por habitación doble se sitúa entre los 14.000 yenes (113 euros/127 dólares) y los 30.000 yenes (242 euros/273 dólares).
Un hotel de estas características consigue reducir el número de empleados necesarios a la mitad, dicen sus responsables.
Un estudio del Foro Económico Mundial predijo en 2016 que la normalización del uso de robots e inteligencia artificial en el mercado laboral conllevaría la pérdida de más de 5 millones de puestos de trabajo en los quince países más desarrollados del mundo, de aquí a 2020.
En particular, los robots y sistemas de inteligencia artificial podrán desempeñar la mitad de los empleos disponibles en Japón para 2030, según otro informe publicado a finales de 2015 por el centro nipón de estudios Nomura Research Institute.
“Esto solo pasaría en ciertos sectores económicos e industriales”, comenta el canadiense Tim Hornyak, autor del libro “Amando a la máquina: el arte y la ciencia de los robots japoneses”.
Los puestos de trabajo pueden dividirse en dos, aunque las líneas que los separan son difusas, explica Kaname Hayashi, fundador de la empresa japonesa de robótica Groove X.
“Unos son aquellos que las máquinas y robots pueden hacer de forma más rápida y precisa; los otros necesitan ser realizados por humanos”, añade Hayashi.
Sustituyendo a humanos en campañía de seguros. Así, determinados empleos basados en el análisis de datos o en las operaciones sistemáticas podrían ser realizados con más facilidad por máquinas, como es el caso de los recepcionistas, los operarios de fábricas o los guardias de seguridad, recoge también el informe de Nomura Research.
La compañía de seguros japonesa Fukoku Mutual Life Insurance anunció hace pocos meses que despediría a 34 de sus empleados y los sustituiría por un programa de inteligencia artificial, que calculará automáticamente las indemnizaciones a los asegurados y que podría mejorar la productividad de la compañía en un 30 por ciento.
Hayashi, sin embargo, argumenta que no hay razones para preocuparse por que los robots acaben “robando” los puestos de trabajo a las personas.
“Los humanos siempre han avanzado en la civilización a través del uso de herramientas. Los robots son herramientas. Es natural que los humanos exploten al máximo a los robots en el futuro”, añade.
Hiroshi Ishiguro, catedrático japonés de la Universidad de Osaka y líder del Laboratorio de Telecomunicaciones Avanzadas que lleva su nombre, se muestra de acuerdo, y añade que el problema está en que “las personas no deberían realizar los trabajos repetitivos que pueden hacer las máquinas”.
“Si la gente no tiene que trabajar en una fábrica, donde podríamos usar robots y tecnología, pueden concentrarse en otro tipo de trabajos, más creativos y que podrían aumentar la productividad del país considerablemente”, según explica.
“Usando robots o tecnología más avanzada, podríamos trabajar más eficientemente”, añade Ishiguro.

De hecho, la entrada de los robots en el mercado laboral podría solucionar la escasez de mano de obra en Japón: los últimos datos del Gobierno nipón arrojaban una cifra de 148 puestos de trabajo disponibles por cada 100 demandantes de empleo.

En total, la mano de obra se ha reducido casi 2 millones desde finales de los 90, en parte debido al rápido envejecimiento de su población, que amenaza con lastrar el crecimiento de la tercera economía mundial.

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