Sabana Perdida
El más violento sector de la provincia de Santo Domingo

<BR><STRONG>Sabana Perdida</STRONG><BR>El más violento sector de la provincia de Santo Domingo

Con una población superior a las 200 mil personas, 78 barrios y 17  urbanizaciones, Sabana Perdida, en el municipio Santo Domingo Norte, de la provincia de Santo Domingo, carece de los servicios fundamentales:  agua, electricidad estable, salud y fuentes de trabajo, pero sobre todo de seguridad ciudadana.

A pesar de estar rodeado de ríos y muy cerca del acueducto Santo Domingo Oriental, esta población carece de agua y la oscuridad es el principal refugio para la delincuencia, que camina conjuntamente con el microtráfico de drogas.

Esta población se ha convertido en uno de los lugares de mayor índice  de muertes por  delincuencia en la provincia, con un registro de casi dos por día, de acuerdo a cifras de la Procuraduría Fiscal de la provincia, pero con una cantidad incalculable de robos y atracos  que no se mencionan.

El dato más preciso es que del 37 por ciento de los muertos por delincuencia registrado en la provincia de Santo Domingo,  el 20 por ciento lo aporta Sabana Perdida.  

Los programas de desarrollo que impulsan organizaciones sociales de la zona no dan abasto y el apoyo de las autoridades de los gobiernos central  y municipal es prácticamente nulo.

Julio Castillo, coordinador de Acción Comunitaria por el Progreso (ACOPRO),  expresa que desde esa entidad se han capacitado  más de 10 mil jóvenes, que de no haber encontrado ese espacio la mayoría estuviera hoy en las calles delinquiendo o en otras actividades no productivas.

Asegura que el auge de la delincuencia es el producto del abandono de que ha sido objeto Sabana Perdida históricamente, que solo  cuenta para épocas electorales, por la cantidad de votos que aporta a ese sistema, pero luego pasados los comicios la población sigue abandonada a su suerte.

Advierte sobre la forma equivocada con que se quiere combatir la delincuencia, mediante las redadas indiscriminadas  apresando a mansos y cimarrones, introduciéndolos en  camiones y los encierrándolos  en las mismas cerda, junto a criminales.

Dice que la práctica de las redadas se ha convertido en un negocio para los policías  debido a que muchas veces detienen para que los padres paguen para poner sus hijos en libertad.

“Esa práctica, que viola los derechos humanos, se ha constituido en un gran dolor de cabeza para las familias y las organizaciones comunitarias que tienen que acudir a los destacamentos todos los días para hablar por los muchachos del barrio”, explica.

Está consciente de que los agentes policiales de la localidad conocen a cada uno de los delincuentes, pues se ven en las esquinas tomando cervezas y refrescos, en una clara amistad a la vista de todos.

Sin embargo, prefieren las redadas para apresar  a los jóvenes que regresan de los trabajos,  liceos y universidades, aunque estos estén plenamente identificados.

Dos camiones, dos camionetas de doble cabina y seis motocicletas es el aparataje que se observa en los barrios en busca de  “delincuentes”, pero cuando los llevan a las estaciones de policías comienza la famosa depuración,  y al final en la rede no cayó uno solo delincuente.

Según el procurador fiscal de la provincia Perfecto Acosta, es necesario que a Sabana Perdida se le ponga mayor atención, en cuanto a prevención se refiere y había pedido a la Policía que aumentara el patrullaje.

Consideró que un aumento de la presencia policial haría que la delincuencia se replegara, sin embargo, ha habido mayor presencia de agentes y la delincuencia continúa.

Hace apenas  un mes tres jóvenes fueron muertos por la Policía en el cruce de la avenida Charles de Gaulle con la carretera a La Victoria, próximo a Barrio Nuevo, el más violento de Sabana Perdida.

Gabino Hernández, ex regidor en el Ayuntamiento Santo Domingo Norte y actual presidente de la Asociación de Boxeo, aboga porque se dejen las redadas y se ataque la raíz del problema, como el desempleo, falta de capacitación, la oscuridad y la marginalidad.

Asegura  que los jóvenes y adolescentes a  la droga y la delincuencia, porque son los espacios que encuentran en el barrio, ya que se les cierran las puertas para los estudios técnicos.

El Centro de Formación Técnica de ACOPRO, conjuntamente con el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) que ofrece cursos de computadora, comercio, repostería, contabilidad, venta profesional, caja, secretariado, camarería, entre otros.

Pero no dan abasto, pues la cantidad de jóvenes que acude al centro es cada día mayor y es una pena que tanto muchachos se queden fuera del sistema, porque fácilmente caen en los vicios y otras acciones penadas por la ley.

Hernández considera que no podrá combatirse la delincuencia mientras las autoridades excluyan a las organizaciones comunitarias y no tome en cuenta los programas que estas desarrollan en el barrio.

Aclara que Sabana Perdida no es solamente delincuencia y resalta que de seis boxeadores que participan en los juegos de Beijín hay uno de La Barquita. Se trata de Feliz Manuel Díaz Guzmán, una estrella en esa disciplina.

Además, Argenis Núñez, de Sabana Centro, quien también clasificó para Beijín, lo que quiere decir que con un poco de esfuerzo se puede salir hacia delante, siempre que haya voluntad política para hacerlo.

“No es verdad que la mayoría de jóvenes están en delincuencia, como pretenden hacer creer. Si no que vayan a las escuelas, las iglesias, tanto Católica como Evangélica, para que los vean”, destaca Hernández.

Sostiene que los delincuentes son fácilmente identificables, y rechaza el método de las redadas, mientras sugiere la implementación de una verdadera Policía Comunitaria, que trabaje con las juntas de vecinos y demás organizaciones sociales,  que primero investigue  y después aprese. Destaca que en Sabana Perdida existen más de cien juntas de vecinos, además de los clubes deportivos y otras organizaciones sociales.

Las claves

1. Gabino Hernández
No se podrá combatir la delincuencia mientras las autoridades excluyan a las organizaciones comunitarias y no se tomen en cuenta los programas que estas desarrollan en el barrio.

2. Catalina Nicolás
La falta de servicios básicos, como el agua potable, está provocando graves problemas de salud a niños y  mujeres. El agua llega una vez al mes.

3.  Francia Aponte
La doctora Aponte trabaja en el centro de atención primaria de ACOPRO y es quien observa el alto grado de enfermedades gastro intestinales y de la piel que se producen en los barrios de Sabana Perdida, una población de más de 200 habitantes.

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