BUENOS AIRES,  (AFP) – «Nuestro pueblo sólo ha conocido horrores semejantes a través de crónicas de otras latitudes», advirtió el hoy fallecido escritor Ernesto Sábato en el «Nunca Más», informe que resume las pesquisas sobre los crímenes cometidos por la dictadura argentina de 1976 a 1983.  

El 20 de setiembre de 1984, la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (Conadep), creada por el entonces presidente Raúl Alfonsín (1983/89), entregó al gobierno el documento que recopila miles de testimonios de sobrevivientes y de familiares de víctimas del régimen.  

«Hemos vivido un descenso a los infiernos», dijo Sábato, quien encabezó la comisión de notables a instancias de Alfonsín, al presentar el informe. 

El ‘Nunca Más’ fue la base de la acusación del histórico Juicio a las Juntas, considerado el ‘Nüremberg argentino» que en 1985 condenó a Jorge Videla y Emilio Massera, entre otros máximos responsables de la dictadura, a la que Sábato definió como «la tragedia más salvaje de la historia» argentina.  

Sábato, novelista y ensayista, Premio Cervantes de Literatura y uno de los grandes autores argentinos del siglo XX, murió la madrugada de este sábado a los 99 años en su residencia de Santos Lugares, en la provincia de Buenos Aires.   «El ‘Nunca Más’ fue la base de mi acusación, todo lo saqué de ese libro que me entregó Sábato», recordó este sábado el ex fiscal de aquel juicio, Julio Strassera.  

El informe significó la toma de conciencia sobre la dimensión de un drama que por primera vez era contado a la sociedad y al mundo con sus detalles más escabrosos y que aún hoy sigue ventilándose en los tribunales argentinos.  

«Los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal», dijo Sábato en el informe que en 1984 documentó 8.961 desapariciones.   Unas 30.000 personas desaparecieron durante la dictadura, según organismos de derechos humanos.  

A partir de los testimonios recogidos por la Conadep en todo el país y en el extranjero, se logró identificar el lugar donde funcionaron unos 200 centros clandestinos de detención, así como fosas comunes con decenas de cadáveres.   También se recibieron datos reveladores sobre la existencia del Plan Cóndor, de coordinación represiva e intercambio de prisioneros entre las dictaduras del Cono Sur en los 70 y 80.   El informe dio cuenta además del robo de bebés, hijos de desaparecidos, nacidos durante el cautiverio de sus madres, de los que la organización Abuelas de Plaza de Mayo logró hasta ahora identificar a 103.   Unas 70.000 personas acompañaron la entrega del «Nunca Más» en la Casa Rosada (gobierno) en una marcha histórica al grito de «castigo a los culpables», mientras se vivía un clima político de efervescencia aunque marcado por el recogimiento frente a la evidencia de las atrocidades de la dictadura.

En la Pirámide de Mayo, aparecieron leyendas intimidatorias contra el gobierno que convertía en política de Estado la defensa de los derechos humanos, mientras los militares advertían que no aceptarían ser juzgados.  

Concluían nueve meses de labor en los que la comisión reconstruyó «un tenebroso rompecabezas» y acumuló más de 50.000 fojas de testimonios sobre secuestros, torturas, vejámenes y asesinatos cometidos contra hombres y mujeres de toda edad y condición.  

Paradójicamente, la organización Madres de Plaza de Mayo no estaba presente en la marcha, desconocía el Informe Sábato –como se lo conoció en todo el mundo– por considerar que su contenido daba por implícita la muerte de sus hijos desaparecidos antes de que se iniciara una investigación judicial. 

La figura de Sábato fue cuestionada porque el autor de novelas como ‘El túnel’ y «Sobre héroes y tumbas» había participado, junto al fallecido escritor Jorge Luis Borges, de un almuerzo organizado por Videla.  

Otros integrantes de la comisión fueron reconocidos luchadores por los derechos humanos como el obispo de Neuquén, Jaime de Nevares, y el rabino Marshall Meyer, ambos fallecidos. 

«Hemos compartido horas de conversaciones, de lucha cuando integrábamos la Conadep», recordó este sábado la ex senadora Graciela Fernández Meijide, cuyo hijo Pablo está desaparecido.  

Dos meses después de la presentación oficial, una reseña del informe dio forma al libro «Nunca Más», cuya primera edición de 40 mil ejemplares se agotó en apenas cinco días y representa hoy un testimonio histórico sobre el horror de esa época.   sa-ls/yow   Argentina-literatura-deceso AFP