Sacerdotes, prohibiciones, sexo, y ocultación

Sacerdotes, prohibiciones, sexo, y ocultación

Lo grave es que la iglesia Católica, la mía, tradicionalmente se ha empeñado en ver la paja en el ojo ajeno y desconocer los actos sexuales de sacerdotes y monjas.
Mi padre no era hombre de estar metido en las oscuras esquinas de ninguna sacristía, ni mucho menos en las poltronas de la casa curial, ello, sin tener diferencias públicas con la iglesia Católica, con sus sacerdotes o con sus ritos.
Al contrario, el viejo era un colaborador desinteresado y constante que contribuía a que brillaran los cultos, cuando el profesor León Beras Morales no podía acudir a tocar el armonio de la iglesia, enviaban a buscar a papá quien acudía presto y de buen ánimo.
De pequeño fui fundador de una agrupación católica denominada San Tarsicio, como recuerdo del sacrificio de un niño mártir de los tiempos en que los cristianos eran perseguidos.
Todo iba bien hasta el día que le dije a papá que quería iniciarme como monaguillo hasta ahí llegó la permisividad, sin pelearse con nadie, sin disponer la prohibición de manera pública, me dijo que no, que a la iglesia se iba a los cultos, pero ya, que podía ser dañino para cualquier persona, convertirse en un ratón de sacristía.
Aquel atardecer llegó la prima Alba llorando a lágrima viva mientras entre hipíos le dijo a mi madre: Nievecita, ¡qué cosa más grande! El cura se acercó me tocó los hombros y me dijo: Albita, me gustas de los hombros para abajo.
Papá tenía muy pendiente que el padre Mejía tenía varios hijos, uno de los cuales, años después, era sargento mayor del Ejército cuando me inicié como Maestro de Alfabetización de la cárcel pública de Barahona, donde el sargento Mejía era el encargado del recinto.
La hipocresía ha sido una constante cuando se trata de hijos e hijas de sacerdotes. Hacerse de la vista gorda y mirar hacia el otro lado son prácticas normales.
Soy de aquellos que abogan por que se levante la sequía a los sacerdotes y, también, a las monjas para que sacerdotes y monjas matrimoniados dejen de ser parias sexuales obligados a desfogar sus apetitos ocultos como criminales.
Pastores de iglesias cristianas no católicas tienen una vida conyugal normal, respetuosa. Mantienen hogares que, en la mayoría de los casos, son ejemplares. ¿Que hubo muchos casos de pederastia, lesbianismo y homosexualidad, también entre los cristianos no católicos? Unos y otros son humanos.
Saber eso no implica que esté de acuerdo con prácticas sexuales contra natura o condenadas históricas y socialmente.
Instructores de deportes, sacerdotes, líderes juveniles tienen una larga historia de abusos sexuales de menores, eso no significa que sus acciones no sean condenadas.
Vigilancia, control y educación doméstica son la clave del éxito.

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